Pasaron las elecciones y eso trae consigo una cuestión de gran relevancia. Porque los resultados de los comicios muestran las proyecciones de los candidatos, en algunos casos las reválidas legislativas que hubo, o la legitimación de las políticas oficialistas. Pero por sobre todas las cosas, por al menos unos días el país se permite enfocarse en la economía.
Esa materia que el Gobierno la tiene previa, de la que muchos se olvidaron y otros tantos quisieron ocultar mientras tu voto valía.
Las medidas ya estaban escritas en un borrador. Solamente faltaba pulirlas y ver de qué forma escribirlas, si mentir o decir la verdad. Esa era la cuestión.
En principio, habían dicho que el combustible iba a subir el primer día post elecciones e igualmente Cambiemos resultó vencedor en algunos distritos, inclusive en la “madre de todas las batallas” como alguna vez dijo Carlos Kunkel al referirse a la Provincia de Buenos Aires.
Estrategia que gana no se toca reza un viejo adagio futbolero, ¿será por eso que hay ánimo de sobra para decir que desde enero el transporte subirá la módica suma de 50 centavos por mes?, o que las jubilaciones y las asignaciones se van a ajustar a la inflación. Lo que significa que si el consumo continúa sin levantar, y que como prevé el Gobierno la inflación baja al meteórico porcentual que llegó el año pasado, las jubilaciones van a bajar. En criollo, esa “suma complicada” que hacían los K se debía a la sumatoria de la inflación y la recaudación. En criollo, la plata del ANSES no será para el ANSES. En criollo, se licua el beneficio.
La economía que quedó tan relegada de las discusiones este año es el centro de todas las políticas que toma este Gobierno, y cualquier otro. Muchas veces se escuchó a funcionarios del Kirchnerismo decir, el Ministro de Economía de Néstor se llamaba Néstor Kirchner.
Algunas palabras atrás, dije que las medidas ya estaban escritas en un borrador. Seguramente en una resma de hojas marca Rivadavia, el primero en pedir un empréstito, que la ignorancia y la soberbia del que “se las sabe todas” fueron los pilares para repetir hasta el hartazgo “mira si serán chorros los políticos, tenemos una deuda externa que viene desde el préstamo de la Baring Brothers”.
Un error garrafal que uno escribió, y miles repiten como si supieran. Pero a ese empréstito le puso fin el Gobierno de Juan Perón.
Cuando te digan “tenemos una pesada herencia” y por eso la economía tarda en arrancar, recordale que en 1945 Argentina debía 519.910.262 de pesos, en 1946 bajó a 114.196.498, y en 1952 ya no se debía nada. Perón dijo antes de firmar un empréstito me cortaría la mano, y bajó en su primer año tres cuartos de la deuda, y vaya que venía de una pesada herencia.
¿Por qué durante tanto tiempo se dijo que todavía teniamos la deuda de la Baring Brothers, y tantas otras? Porque en 1976 se produjo un golpe de Estado en el cual el Gobierno adoctrino a más no poder para contar que todo el saqueo que realizaba, en verdad, venía de antes.
Martínez de Hoz como ministro de economía fue lo que un curandero a la medicina, contrajo una deuda sin precedentes que por generaciones fuimos pagando.
Cito nuevamente a Perón porque descansillo hasta que aclare el tema de la deuda externa. Resulta que vos pedís una cantidad de plata a Estados Unidos, ellos se rigen con que su papel tenga su valor representado en oro en el Banco Central. Ahora bien, una vez que a vos te dan esa cantidad de dinero y querés cambiarlo por oro te dicen que no venden en el Banco Central, es decir, tenés que ir a un mercado paralelo donde los carteles fijan el precio.
En criollo, te venden oro oficial y comprás oro blue. Pero, en este país no se podía vivir con 40 tipos de dólar, por eso pedimos préstamos a los que manejan ese sistema desde hace 100 años.
Según el sitio web chequeado.com, portal que se caracteriza por verificar los datos que dicen los políticos, verdaderamente durante el kirchnerismo hubo un desendeudamiento.
Lo que parece lógico por lo que recién describí, ¿Por qué un Gobierno decide tomar deuda a 100 años?
El dinero no es todo como dice la canción, pero está claro que no tiene que ser algo muy rebuscado hablar de “economía” sino del día a día, de tu vida y la mía, y cómo nos afecta las variaciones de las divisas.
Pensándolo de esta manera se entiende la frase de cabecera del PRO en la Ciudad de Buenos Aires, es al billete al que se le dice “en todo estás vos”.