Por Gabriel Princip
Desde la dictadura militar hasta el desgobierno de Fernando de la Rúa, el poder viene intentando doblegar y terminar con los derechos logrados por Perón. Flexibilización laboral antes, reforma hoy.
Ni bien culminen los comicios, el oficialismo preparará en tiempo y espacio como lograr comunicar al pueblo trabajador que la reforma es positiva para lograr mayor ocupación y bienestar. El presidente sabe que octubre del año que viene vence el tiempo que le otorgó el FMI para lograr la reforma tributaria y laboral.
Con ese espada en la espalda, los soldados amarillos ya sacan el tema en los medios. En los lugares audiovisuales solemos escuchar términos como consenso, optimización, eficiencia, mafia sindical, industria del juicio, el pata corrupto, los mandatos interminables y cualquier palabra que dañe al movimiento obrero desde lo ético para justificar la desaparición de derechos laborales que implementó el peronismo de la mano de su líder y la ampliación en la época K.
Pero la pregunta es ¿La derecha es la primera vez que atenta contra el movimiento obrero? La respuesta es no, siempre lo ha hecho, aquí y en el planeta. Siempre tuvo éxito hasta 1945, y desde 1955 retomó la lucha por condenar y desaparecer al peronismo sin éxito alguno. Quizás ahora de la mano del hombre que mandó a construir el monumento a Perón sea el mismo que desaparezca el movimiento nacional atentando contra el pueblo trabajador.
En 1957, la dictadura había puesto en marcha un plan político a la medida de los intereses de Aramburu, cuenta Enrique Manson en su obra “José María Rosa, el historiador del pueblo”. Se trataría de domesticar a los gremios, aprovechando que la mayoría de ellos estaban ocupados por sindicalistas “democráticos” y el interventor Patrón Laplacette convocaría un congreso normalizador de la CGT. El 1 de marzo, cuenta Manson, Patrón Laplacette convocó a un Congreso Normalizador de la CGT que se reuniría en agosto, en la seguridad de que los gremialistas democráticos lo controlarían sin dificultades. No fue así. A poco de iniciado, lo representantes opositores mocionaron que el interventor se retirara de la asamblea. El dirigente de la carne Eleuterio Cardozo reivindicó, por primera vez desde setiembre de 1955, la identidad peronista de los trabajadores. Naturalmente, no hubo acuerdo. Los sindicatos oficialistas se agruparon, desde entonces en los 32 gremios mayoritarios democráticos. Los comunistas se agruparon, junto con algunos independientes, con la denominación de los 19. Al disolverse, estos constituyeron el MUCS. Los sindicatos peronistas crearon su agrupación político-sindical, las 62 organizaciones”.
La fusiladora no pudo diezmar al movimiento obrero. Tampoco el proceso, a pesar de los 30 mil desaparecidos y la destrucción de la industria nacional, pero sí dejó un apellido importante para ellos cuyo hijo retoma la posta en el actual gobierno, Triaca. El padre del actual ministro colaboró desde la CGT con los señores de uniforme pero no logró el objetivo de destruir al pueblo trabajador.
Carlos Menem también lo intentó. Pero la figura de Saúl Ubaldini lo impidió. Llegó la alianza radical con el mandato de flexibilizar al mundo obrero. Comenzó la ministra Bullrich sacándole el 14 por ciento a los jubilados y luego fueron con la Banelco. El fracaso comenzó con la renuncia del Chacho Álvarez a la vicepresidencia y la unión entre Duhalde y Alfonsín para ayudar a Fernando de la Rúa a subir al helicóptero en diciembre del 2001.
Pasaron cinco presidentes, pasó Duhalde y llegó Néstor que reivindicó a Perón y al movimiento obrero con lo cual la familia trabajadora nunca estuvo mejor. Con salarios por encima de la inflación en sus paritarias, alimentos y servicios baratos y una baja desocupación. Eso si Cristina no hizo el monumento a Perón.
Macri en campaña, conquistó a los peronistas de Perón haciendo el monumento y logró que esos abuelos votaran al anti peronismo para agradecer ese monumento más parecido a Yrigoyen que al General.
Las elecciones del 22 de octubre darán el envió necesario al gobierno para hacerse cargo de 6 aumentos antipopulares, certificar oficialmente el estado de Santiago Maldonado y hacer una reforma laboral que no incluya a los legisladores. Por eso el 22 ya sabes, votá a quien te va a condenar a la pobreza eterna, no votes a quien te puede salvar porque es yegua, puta y montonera.