Por Dany Wilde
Arturo Jauretche halló la definición del pensamiento nacional afirmando que este era lo universal, visto con ojos argentinos. El vasco, te hablaba en castellano como cualquier hijo de vecino más alguna pintada de lunfardo. La comunicación entre mayores y jóvenes era entendible. Nada que no sepamos.
A medida que pasaban las décadas se incorporaban nuevos términos simpáticos y casi entendibles como “tirame las agujas”, está todo bien, tirame onda y demás. La conversación entre adultos y jóvenes seguía siendo simple.
Pero a medida que nos a cercamos a la actualidad el idioma cibernético comenzó a invadir las jóvenes bocas. A ello se le sumó la falta de identidad americana y nos quedamos con un lenguaje poco claro y difícil de comprender.
Que se acerque un pibe y te diga que: “el finde se va de vacas pero antes se compra unas zapa que le gustaron porque alguien le envió un tuit” deja a cualquier jubilado mirando para arriba sin entender nada. Ahora cuando le explican que su nieto le dijo que el fin de semana se irá de vacaciones y antes se compra unas zapatillas que vió publicitadas, el abuelo entendió y se percató de la diferencia de edad.
En la misma línea el joven le explica al adulto que estaba googleando para encontrar una influencer o un youtuber para distraerse, hacer relax para ver si encuentra un reality con gente cool, con muchos tips de onda, esperando likes a diestra y siniestra. En criollo, quiere conocer una pibe y salir de joda. Es ahí cuando el abuelo baja el cono del silencio y abre un diario Clarín del 2006 cuando era peronista.
La falta de contenido de la mayoría de los jóvenes y un sector de los adultos light permanecen en una tendencia colonizada para destrozar el idioma. La idea del poder es alentar esta posibilidad para que permanezcan incomunicados aunque exista un diálogo. Utilizar como sustantivos o verbos marcas o conceptos cibernéticos ayudan a esta gran incomunicación.
El abuelo escucha con una oreja su radio portátil, sus tanguitos con lunfardo a mil mientras que la otra oreja le presta atención a su nieto que le reclama dinero porque necesita un nuevo celular: “Es para whatsapear a lo loco”, afirma el pibe mientras ve una serie yanqui en la computadora.
-Abue, ¿Querés que le ponga photoshop a la foto de la abuela? Dale, y si te gusta me das like en Facebook! ¿Vos tenés face no?
El abuelo, con Goyeneche en la oreja media sorda, atiende el mensaje nada claro de su nieto y responde, “¿Podés hablar en castellano pibe?”
-Si abuelo, pero soy claro. A vos te gusta el viejo tango y a mí el tango también me va, pero el electrónico, ese que pasan los Dj, los youtubers, es más, conozco una pibe que es influencer que siempre me tira algún tip para que vea los cd de tango que están for sale.
-¿Qué es lo que decís?
-No, que una piba me manda tangos para comprar.
-¿Y para esa gilada que dijiste me enredas con esas palabras raras?
-Abue, siempre la hubo, ejemplo un youtuber de los 70´ era Adriano Celentano.
-No , pará acá. Celentano es un cantante italiano.
-Si, ¿Pero nunca escuchaste el tema prinsen colinensianainciusol? Era un rap que sintetizaba la incomunicación.
-No, pero si seguís hablando así, más mi sordera, nunca nos entenderemos. Bueno vamos a comer y puede ser usando términos nacionales, argentinos, no colonizados, ¿puede ser?
-Si abuelo, ya llamo al delivery.