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López, Nisman, Maldonado: la verdad

Por Gabriel Princip

En la foto: Patricia Bullrich y Pablo Nocetti.

La verdad es un concepto que el gobierno del presidente Mauricio Macri parece no comprender. Desde el posicionamiento de trolls hasta las declaraciones en campaña y timbreos, la mentira siempre reluce en los labios de la derecha argentina.

Hoy en día, el caso Maldonado ocupa la agenda nacional. Para embarrar el caso, Durán Barba y sus  trolls más cuanto dirigente amarillo se encuentre sobre la faz de la tierra, sacaron al debate los casos Nisman y López.

Entonces para poder aclarar los tantos utilicemos el sentido común para estos emblemáticos casos, solamente haciendo lugar a lo probado hasta el día de hoy.

Julio López desapareció hace 11 años. En ese lapso ni oficialismo ni oposición hablaron sobre el tema. Fuentes calificadas, se pronunciaban por la muerte del albañil en manos de la obra de mano desocupada. Sin embargo oficialmente continúa desaparecido. López vuelve a ser nombrado tras la desaparición forzosa de Santiago Maldonado y quien lo menciona es la derecha para embarrar la cancha. Claro que se olvidaron de un detalle, López y Maldonado se conectan por Pablo Nocetti,  ayer defensor de Etchecolatz, hoy mano derecha de Patricia Bullrich.

La desaparición de López no fue realizada por el estado y menos aún convenía al gobierno, con lo cual, está eximido de culpa.

El caso del fiscal se dirime entre suicidio u homicidio. Después de dos años no se puede probar ninguna de las dos hipótesis. Pero probado está que el día anterior a su muerte tiene llamadas registradas en su celular de Laura Alonso, Patricia Bullrich, otra vez Bullrich, y el espía Stiusso. En su teléfono no se registra llamado alguno del gobierno anterior.

La idea de un ataque a la presidente en el Congreso, por parte del fiscal, no es un motivo serio para un crimen político salvo en mentes enfermas. Si Nisman acusaba a la presidenta en el ámbito parlamentario hubiera logrado sólo ruido mediático y nada más.

Suicidio u homicidio, no sabemos. Si se sabe que murió y este fallecimiento dio por tierra con la campaña de Daniel Scioli a la presidencia y hoy se motoriza, su causa, para llevar a la cárcel a Cristina Fernández. Recordemos que Nisman había procesado a Macri. Si  se prueba además que de haber sido homicidio no tuvo que ver el gobierno como Magnetto quiere hacer aparecer. No sabemos quien fue o que fue, pero si probamos quien no fue.

Santiago Maldonado está desaparecido. A la semana de este hecho desde aquí dijimos que no sabíamos dónde estaba pero seguramente ya no estaría en el mundo de los vivos. Esta idea ya la maneja el juez. No se sabe que pasó ni cuando pasó pero si sabe quien no fue. Si en el entramado de este policial figuran los mapuches, la gendarmería y Maldonado podemos descartar a los hombres originarios. No tiene sentido que maten a su compañero en la protesta.

Además de haber sido un mapuche, inmediatamente la gendarmería hubiera actuado y definía el caso. Los mapuches no fueron. Suicidio tampoco ocurrió. Ahogarse es casi imposible. Dos razones avalan este pensamiento. Primero, la profundidad del rio no alcanza para que un hombre de la altura de Maldonado se ahogue y además si no sabía nadar, ¿Por qué se arrojaría al rio?

Nos queda el gobierno. Si el gobierno fuera inocente no hubiera tirado hipótesis sin sentido y en forma continua al ruedo mediático. No hay puestero asesino, no se escapó, no está en Entre Ríos, no se ahogó, etc. Una serie de mentiras que se caen por su propio peso. El sentido común nos indica que sólo tiene interés en mentir aquel que no es inocente. Bullrich defiende a capa y espada a sus soldados. Estos que ya dijeron que no lo vieron, que le arrojaron una piedra, que no le arrojaron una piedra, que le tiraron con balas antimotines, que jamás lo detuvieron y que no sabe dónde está. Demasiadas contradicciones para ser protectores de la verdad.

No hay un plan sistemático para la desaparición de personas pero que Maldonado no esté  cerca de sus afectos es responsabilidad de la gendarmería. Ellos reprimieron y aparte de los mapuches no había otro actor en escena. Mientras por descarte podemos llegar a la verdad, el tiempo pasa y los medios dominantes publican todos los días una mentira para la distracción popular. De esta manera se puede ir a elecciones sin la carga emotiva de un desaparecido muerto en democracia por la intervención estatal. Curiosidades de la vida, López y Maldonado se unen a través de Pablo Nocetti, Nisman y Maldonado a través de Bullrich y los dos son cómplices en este supuesto gobierno dialoguista.

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