Por Matías Russo.
Me pasé el fin de semana tirado en el sillón de mi departamento en South Beach haciendo zapping en la televisión. Desde Miami veía como los canales de televisión norteamericanos mostraban el desastre climático que azotó a Argentina. Perdón de Argentina no, de Buenos Aires mejor dicho, porque viste cómo son los medios…te muestran lo que sucede en las ciudades importantes, ¿A quién le puede interesar lo que pase en el interior? Es como cuando pasa un huracán por estas zonas; la otra vez pasó Irma y destrozó el 90% de Barbuda, azotó Cuba, Saint Martin, en México encima hubo un terremoto, pero bueno lo que a la gente le importa es lo que nos pasaba a nosotros, al pueblo combativo y luchador de Miami.
Retomando a lo que sucedía en Buenos Aires con el avance del huracán María Eugenia: incalculable la cantidad de cronistas cubriendo las zonas de Quilmes, Florencio Varela, La Matanza, Berazategui, Morón, General Rodríguez… vos prendías las tele a cualquier hora y tenías a un periodista explicándote lo que sucedía en vivo en cada localidad, te mostraban con un mapa satelital las zonas más afectadas, pasaban audios o publicaciones de redes sociales de las modelos que viven sobre la costa del Río de La Plata. Cuando descansaban de la cobertura en directo, en Miami nos esterábamos de esas notas de color que hacen en una Argentina que sufría el azote de la naturaleza (y la falta de obras).
Comentaban que hace unos años la Ciudad de La Plata sufrió la inundación más terrible de su historia dejando cerca de un centenar de muertos, mientras su intendente se encontraba de vacaciones, y que no contento con no atender los problemas de la gente, se encargó de engañar a los platenses publicando una foto donde se lo veía trabajando mientras media ciudad se hundía como el Titanic.
En Miami no podíamos creer lo que sucedía en Argentina. Que el Ministro de Medio Ambiente, se la pase disfrazado de planta, o comprando televisores en países vecinos para no pagar los impuestos que establece su propio gobierno, mientras el país se inunda…estas cosas en EE.UU no suceden. Por la tele, en esas 24 hs de cobertura continúa, veíamos el anegamiento de las calles, la caída de postes de luz, de árboles, ¿Se imaginan si en Miami comienzan a volarse las palmeras?
En Pilar, 125 familias debieron ser evacuadas por los más de 120 milímetros que cayeron en el distrito. En La Plata 30 vecinos reclamaron cortando la calle en protesta de las consecuencias que dejó la lluvia en el barrio. ¿Pero cómo puede ser? Si el intendente maldito de las obras inconclusas dejó su cargo hace dos años y los que están ahora no paran de destacar las obras en los 135 municipios de la provincia y de que ahora los vecinos no se inundan. Alguien debe estar mintiendo.
El Servicio Meteorológico de Argentina dice que Buenos Aires, Santa Fe, sur y centro de Córdoba seguirán siendo afectadas por tormentas de variada intensidad. Pero bueno, todo es cuestión de fe y de buena onda: voy a subir a Facebook una foto pidiendo por los hermanos argentinos. Pray for La Matanza, pray for Quilmes, pray for La Plata. Vamos que si se puede, así salimos adelante.
¿Ustedes se imaginan realmente a un yankee pendiente de lo que puede pasar del otro lado del mundo ante un desastre climático? Viendo la televisión las 24hs preguntándose cuántos muertos hay, cuántas ciudades quedaron devastadas, esperando por lo que sucederá. El huracán Irma se convirtió en una especie de Reality Show, en el que los argentinos estuvimos pendiente, siguiendo el minuto a minuto del avance de la naturaleza en suelo norteamericano, porque seamos honestos, a nadie le interesó cómo sufrió Cuba o Barbuda. Tampoco es culpa del televidente dónde pone el foco de atención, si lo único que le transmiten es lo que sucede en Miami.
Pero al fin y al cabo nosotros terminamos siendo parte de ese reality que nos mantiene sumisos. El mensaje que busco dejar no es preocúpense por Cuba y no por Estados Unidos, el mensaje es que no alimentemos nosotros la desinformación que nos vende la hegemonía mediática nacional. Hoy tendríamos que hablar de lo que sucede en la Provincia de Buenos Aires. Mientras a diario funcionarios del gobierno de María Eugenia Vidal nos venden las obras que supuestamente están llevando adelante, hoy tenemos que estar rezando porque no llueva. Nuestro único amparo termina siendo el respeto hacia la naturaleza, pero mientras tanto nos lamentamos por una palmera que se voló.