Por Napoleón Solo
Mientras la gente se entretiene con unas elecciones que sólo servirán para conseguirles trabajo a algunos diputados y otros asesores, el peronismo hace cuentas rumbo al 2019.
Y en este tramo de la historia la versión electoral del peronismo, es decir, el pejotismo reduce su capacidad de conducción con Cristina senadora pero fuera de toda posibilidad presidencial. Calculadora en mano, saben que el candidato para las próximas presidenciales será un partenaire de Cambiemos. En una palabra, el próximo presidente peronista asomará en el 2023. Antes seguiremos observando traiciones, expresiones de deseo que no se cumplirán y dirigente que por un sanguche son capaces de comparar a Macri con Perón.
Pero existen intelectuales en el campo popular que comparten la opinión de algunos viejos dirigentes que sintetizan el retorno al poder con la vuelta a Perón. Coinciden que este gobierno es lo más parecido a la década infame, por ello se debe rastrear el origen peronista.
En “La Comunidad Organizada”, Juan Domingo Perón relata: “El peronismo surge como respuesta a la crisis de representatividad generada por una dirigencia conservadora que nunca alcanzó a comprender cabalmente que, con el crack bursátil de octubre de 1929, la vieja república de cuño agroexportador no podía seguir existiendo. La restauración iniciada durante el golpe de estado del 6 de setiembre de 1930 constituyó el fracasado intento de mantener a la Argentina dentro de los márgenes de una economía primaria con centro financiero en los mercados ingleses. El mundo había cambiado y la clase política criolla intentó paliar las deficiencias del sistema productivo a partir de la sustitución de importaciones de aquellos productos manufactureros de escasa elaboración que podía ser fabricados en el país”.
Así hablaba Perón en 1949 y así hablaría un peronista del siglo XXI. El general relata que su movimiento surge de una crisis de representatividad igual que ahora. Hoy peronistas votan a la derecha, a la izquierda y critican al candidato peronista. El gobierno gana elecciones con olor a trampa y sólo alegra a una minoría. Las importaciones hacen trizas a la industria nacional, igual que en la década infame, en una palabra, ya no interesa quien gana en octubre, lo importante es quien toma la doctrina y comienza a armar un país desecho por la derecha vernácula.
Sabemos que Cristina será senadora, también sabemos que el candidato a presidente por el Partido Justicialista acompañará a otra victoria amarilla ya que si no es un líder no podrá vencer al candidato del círculo rojo. Con estos números, es poco probable que la candidata sea Cristina y por ahora no hay otro dirigente que asome al 30 por ciento por lo menos. En fila estará Massa, Urtubey, Scioli, Randazzo pero ninguno con ansias de liderazgo y mucho menos con posibilidades de triunfo. Entonces el 2023 espera a alguien que recuerde que el peronismo tuvo un líder, una doctrina y que se puede y se debe reimplantar.
Perón en la Comunidad Organizada sostenía: “La política del peronismo no sólo rechazó la colectivización de la economía y la tecnificación forzada, sino que vio en el materialismo marxista un error filosófico fundamental. Así como el capitalismo liberal conduce inevitablemente al hombre al egoísmo y al triunfo de las oligarquías financieras, el comunismo despoja al hombre de su esencia individual y hace de él un mero instrumento del estado totalitario. La idea propuesta es clara, entre dos sistemas sociales que desarrollan la economía a expensas del ser humano, se trata de crear una tercera posición que medie entre la praxis estrictamente individual y la vida tamizada por el estado omnímodo. A esta idea de justicia social dentro de un capitalismo moderado con intervención gubernamental en las áreas esenciales del sistema productivo, es lo que denomina justicialismo.
Hoy estamos en las antípodas de lo que reza el peronismo. Cristina no llegará a ser candidata en el 2019 gracias a las miserias de algunos compañeros que prefieren servir a un diario y no al pueblo. Entonces la vuelta se demorará, pero cuando llegue debe partir desde la doctrina, desde la palabra de Perón sino serán más de lo mismo.