OpiniónOpinión

Caen las caretas

 

El lunes a esta hora vamos a saber que tan ciertos son los guarismos y que tan mentirosas son las mentiras.

Por Willy Crock

¿Qué votamos?, ¿Sirve ir a votar?, son las preguntas de un argentino promedio que ve con buenos ojos que el Presidente diga que hay que suprimir las elecciones de medio término.

Probablemente, la idea de gobernabilidad de Macri sea suspender elecciones democráticas.

Pensamos en el votante que dice “no interesarle la política”, esa enorme cantidad de personas que aseguran que son “todos iguales” pero por lo general votan al conservador, al antiperonista, o todo aquel que termine yendo contra su propios intereses.

Hablo del meritócrata que se levanta para laburar y que viaja al trabajo con su auto, ese que pudo comprar en la pesada herencia “porque se rompió el lomo y nadie le regaló nada”, casi sin recordar que en la década del 90´ también se rompió el lomo pero el autito no lo tenía.

En el transcurso del viaje ve carteles que dicen “fuerza gobernadora”, y hasta llega a asentir con la cabeza porque piensa “tendrá cosas malas, me aumentarán los servicios, la comida, pero las mafias, que de seguro son peronistas, la quieren sacar del Gobierno”, y por eso: ¡Fuerza Gobernadora!.

Lo interrumpe en ese pensamiento las risas que salen de la radio, está escuchando el pase del programa de Longobardi al de Lanata. Chistes banales que terminan relacionando con un caso de corrupción, como si hablaran de los Panamá Papers pero no. Chistes disparatados como los dichos de Larreta sobre la extinción de los dinosaurios por la unión de los homo sapiens, pero tampoco.

Todo es sobre los K, sobre la pérdida de la cultura del trabajo, algún que otro experto en finanzas que dice que la economía se está reactivando, o en tono coloquial le preguntan al periodista que cubre los deportes como le fue en sus vacaciones, a lo que el tipo desliza un sutil “muy bien, me lo merecía eh! Un viajecito por Rumania, es hermoso. Sabés que allá con mi señora nos hicimos amigos de un viejito que laburaba en el hotel, y nos decía que se jubilan a los 70 y que esos años de trabajo son los más plenos que tuvo en su vida”. Como quien no quiere la cosa es incesante la bajada de línea.

Al hombre que está manejando el auto se le forma una sonrisa que bruscamente es interpelada por un gesto de disgusto, que desaprueba la situación que está viendo.

Es que muy cerca de su trabajo, unos empleados despedidos están manifestándose y él, meritocrata empedernido como lo es, susurra algún insulto, algún “vayan a laburar” (que si se tomara dos minutos entendería que ese es el problema, que los despidieron), y en su cabeza repica con más fuerza la idea “Fuerza Gobernadora, Fuerza Gobernadora”.

Ahora dejando la imaginación de lado, ese hombre que recién describí no piensa que está más cerca de que una protesta lo encuentre siendo el protagonista porque fue despedido, de que esté hablando de su viaje a Rumania. No se da cuenta, que en algún momento él va a tener que jubilarse, y que a la baja de los aumentos en las jubilaciones le va a ser muy difícil sostener el auto que pudo comprar durante el Gobierno de la yegua.

Entonces, hablamos de la meritocracia del que no tiene. Es fácil ser meritocrática con las necesidades cubiertas, pero pensar en una meritocracia cuando se van perdiendo cosas es peligroso cuanto menos. Porque si se piensa que se rompo el lomo y no puede tener lo que tiene el otro, surge la ira, la agresividad, y que al mundo nada le importa (como dice la letra de yira yira).

Es complicado y el espejo de esta sociedad a la vez. Faltan pocos días para una nuevas elecciones donde se votan modelos, y para responder a la pregunta inicial del editorial: ¿Qué votamos?. Es muy sencillo, se vota si los medios pueden manejarte a pesar de que veas que estamos peor que hace dos años, o es que escondido en un “no me importa la política” sos vos el que busca a los medios para reafirmar tu ideología sustentada en el odio a tus pares. Porque después de todo, como dijo Lula Da Silva: “El que no le gusta la política corre riesgo de pasar toda su vida mandado por aquel que le gusta”.

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba