Por Dany Wilde
Me encanta Macri y debo votar a Bullrich porque es la esperanza en un país blanco. Odio que un pobre vaya de vacaciones en el mismo lugar que mi familia. Por eso amo a Macri, porque sabe quién es quién en este país. No es lo mismo alguien como mi padre que trabaja todo el día en la financiera prestando plata a un importante interés que cualquier negrito de La Matanza que con un empleíto y un plan pueden apenas comer.
Por eso soy amarillo y mucho más. Porque sabiamente nos endeudó por 100 años y de esa manera se nos hace imposible alejarnos del mundo. Todo se nos hace algo difícil, en realidad no es para tanto. Ahora si un pobre pasa a ser indigente, por algo será. Yo no tengo la culpa de que coman harinas, vivan en pisos de tierra y sus hijos tengan que sacar turno a las 4 de la mañana en un mugroso hospital que todos mantenemos. No tengo la culpa de que en lugar de ser prestamistas como mis viejos sean peones de la construcción y Macri tampoco tiene la culpa.
Por eso hay que bancar a Cambiemos. Los K ponían la foto del asesino del Che Guevara en todos lados. Nosotros jamás un asesino. Que los nazis nos caigan bien, si pero no mataron a nadie. Que Videla fue un patriota, y si y que patriota. Que me encante el libro “Mi lucha” de Adolf, si me encanta la literatura. También leo Borges otro sabio antiperonista.
Votar a Cristina significa que todos somos iguales, que todos creceremos, que todos tomaremos un chori y vayamos a la plaza, y eso es muy berreta, ordinario y cursi. Hay una diferencia y yo no puedo ser igual a un provinciano, a un villero o alguien que habite en el GBA. No somos todos iguales.
Y por ese sentido del individualismo, del yo, del ser diferente a aquellos de piel diferente, uno no tiene alternativa que seguir los dictados del líder Macri. La patria es el otro, minga. La patria no existe solo vive en uno la libertad de mercado, el que tiene bien y el que no tiene, alpiste.
Y además de votar por el cambio, timbreo y milito con ganas. Porque una Argentina nueva nos espera, un país más chico, más blanco, más de gente como uno. Por eso hago un llamamiento a todas aquellas personas decentes, que a veces pagamos los impuestos y que solemos tener una chinita para que barra la casa a cambio de un medrugo. Votemos todos a Mau, ¡fuera la yegua!. No queremos jubilación de ama de casa ni derechos. Solo queremos una reforma laboral y más diferencia con esos monitos. A pesar de que la economía no anda bien, yo voto a Macri, el diferente.
