OpiniónOpinión

Pensamiento amarillo

Por Kurt Winkels

Casi dos años de gobierno y el habitante argentino promedio tiene miedo del próximo amanecer. Cursa el día pensando que idea pasará por la cabeza presidencial para restar bienestar a su vida. También sabe que asesores, legisladores, militantes nazis que laboran en el ministerio de desarrollo y simpatizantes amarillos no dudan en darle una manito al amado líder para que éste haga el mal sin mirar a quien.

La noticia de la semana pasada fue el suicidio de un jubilado. Segundos pasaron para que el ejército de trolls pagos por la sociedad argentina invadieran el campo cibernético con frases acusatorias al noble anciano, a la familia y por qué no, a Cristina. Eso sí, Macri sigue aislado y se lo convoca sólo para alguna buena noticia.

El jubilado no es el único suicidio. La proporción anual sigue creciendo dando razón al plan de ajuste. Pero este buen hombre tendría infinidad de causas para llegar a esta determinación pero lo que coincidimos es que el medio ambiente, la escenografía que plantea el gobierno no ayuda, es más, la actualidad nacional oficia de disparador.

Pero mientras la pobreza y la desolación copan el territorio argentino,  existen legisladores preocupados por eximir de obligación a quienes se vacunan. Mientras la pesada herencia nos dejó un plan vacunatorio aplaudido por la ONU, el gobierno trata de achicar el gasto. Después, si los virus hacen desastres en la sociedad poco importa al liberalismo acomodado en el sillón de Rivadavia.

Las vacunas fueron una idea amarilla. Esta superó a la de sacar las pensiones a la viudez. Hoy en día ancianos, algunos de 103 años, deben concurrir a ANSES para demostrar que son viudas hace decenas de años. Si hay ideas diabólicas, anoten ésta. También esta idea es amarilla, que desde luego  fue superada por la quita de pensiones para discapacitados. La opinión publicada repudió el acto salvaje del oficialismo y  este se retractó con la típica disculpa de “Fue un error, lo corregiremos”. Claro que no totalmente, porque al día de la fecha sólo algunas pensiones fueron restituidas.

Viudas, discapacitados, futuros niños vacunados, todos juntos se unieron a otro subgrupo para insultar al oficialismo en cinco idiomas. El otro es el de los jubilados, esos que aplaudieron la restitución histórica y no se dieron cuenta que el promedio es de 209 pesos a favor. Ese grupo que llega con suerte a ganar 100 dólares. Claro, no son los 150 de Menem y menos los 444 de la yegua. Hoy se gana menos pero “que honestidad la de los funcionarios”, pensarán los jubilados.

Bueno este grupete está dividido. Aquellos que diariamente van a clase de arameo para insultar a Macri sin ser apresados por Patricia Bullrich, y el otro cincuenta por ciento que se calla, se enoja y no quiere reconocer que antes estaban mejor y resuelven su malestar con la frase de siempre , “los K se robaron todo”.

Estos jubilados, que se suman a los discapacitados, futuros vacunados, viudas, se agregan  al subgrupo de los trabajadores. Estos aplauden a mas no poder a la CGT que al igual que la del 55 o la del proceso defienden a brazo partido sus interese ¿O eran los intereses del gobierno? Bueno algo defienden. Lo cierto es que los salarios fueron devaluados y sus paritarias más dividida que plantel donde se encuentre Orión. Entonces con  la mitad de la población que no llega a 10 mil pesos mensuales según el INDEC anotamos otro grupo de candidatos a cortarse la mano antes de agarrar una boleta amarilla.

También podemos sumar al ama de casa que se iba a jubilar y rápidamente Macri demolió un derecho que la sociedad conquistó en épocas de la yegua. A ellas, súmale a los estudiantes que tenían su plan progresar que les servía para alentar el estudio, comprar útiles, cumplir con las vacunas y agregar un sueldito al magro salario que encontraba en casa de sus padres.

A los estudiantes sumale los futboleros. Se quedaron sin futbol gratis y desde que Macri está Argentina no clasifica ni para una final de futbol cinco. Y si seguimos sumando subgrupos llegaremos a la conclusión que el pensamiento amarillo solo está para hacer el mal incluso en las futuras elecciones donde hoy pierde por escándalo, pero es posible que con la trampa privatizada se imponga y siga con el saqueo de un territorio que era una nación a desplegarse y se ha convertido en una colonia. El proceso, la fusiladora, Menem y la Alianza han logrado tanto como el espacio amarillo cuyos soldados se empeñan en trabajar 25 horas por día para el achicamiento de un país entregado. Pero por sobre todas las cosas para el malestar general producto de un gobierno de facto elegido democráticamente.

 

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba