OpiniónOpinión

La bomba H

Por  Gabriel Princip

La bomba H termonuclear es 3000 veces más poderosa que la atómica. Causa la destrucción total de cuanto ladrillo se encuentre sosteniendo un edificio. Nada deja, nada se ve. Con tres de ellas el planeta desaparece. La pregunta es ¿Ya estalló en la Ciudad de Buenos Aires? ¿La han arrojado en la Argentina? Dicen que no, pero que han desaparecido hombres, mujeres, fábricas, costumbres, alegría y ese ruido de zapatos que es síntoma de consumo no tengan dudas.

El porteño, portador de un cigarrillo en los labios, con el diario bajo el brazo, zapatos brillantes obra de un artista del lustre y el café cinco minutos antes de entrar al laburo se encuentra en vías de extinción.

Si se observa con atención hay uno o dos lustrabotas cada cinco o seis cuadras. ¿Qué pasó? ¿El lustrabotas emigró de clase social? ¿Se exilió en el viejo mundo? Nada de eso. Un pícaro funcionario porteño tasó la estadía del trabajador en forma diaria. En una palabra, le alquila el espacio donde lustra. Como consecuencia el laburante cambió de trabajo o de territorio. Entonces el porteño se lustra en casa. Le cuesta a este ciudadano de la Capital conseguir el diario.

Un kiosco ubicado en pleno microcentro, vende promedio 5 matutinos diarios. Es el promedio de la mayoría de los canillitas. Entonces que hace el laburante voceador, se transforma en arbolito con techo. Transformó el kiosco en un mini banco donde cambia moneda extranjera.

Ya el porteño se lustra en su casa y tampoco compra el diario por la escasez de canillitas y por sus 40 pesos que debe ahorrar, que en el mes resulta la bonita cifra de 800 pesos.

Religiosamente hasta el 2015 el empleado visitaba el bar al lado de su trabajo cinco minutos antes de comenzar su tarea. Hoy con 45 pesos por día y 900 por mes dejó la costumbre para alguna fecha especial o reunión con trampa o social. El gallego siente la ausencia del porteño y cada vez con más temor  vislumbra el cierre de su antiguo negocio gastronómico.

Entonces el porteño ya no se lustra, no toma un café ni se desinforma. Le queda el cigarrillo, o le quedaba. El costo del tabaco aumenta todos los meses, y entonces este hombre de ideología conservadora hace cuentas. Mil pesos mensuales con la salud en juego, no es negocio. O sea el porteño se ahorró 800 de diario, 900 de café, 1000 de cigarrillo, 700 de un lustrabotas que se exilió, en una palabra ya tiene 2400 pesos para poder pagar la luz mientras viva, porque la idea central es su desaparición.

La bomba H no cayó en la Argentina, pero ya el porteño pasó ser un vagabundo con prestigio, las empresas siguen expulsando trabajadores mientras puedan seguir con vida, las pymes han copiado al lustrabotas, los mendigos son legiones, ya hay 26 mil en situación de calle, los chicos pobres siguen enflaqueciendo y la pobreza  es mayoría.

La bomba H, si cayó, no intervino en Recoleta, ni en Puerto Madero ni afectó a la clase alta solo limpió el país de mayorías, de ruido a consumo, de alegría. Hoy la tristeza nos invadió y su idea es destruir todo rasgo de buen humor, solidaridad y construcción colectiva. La bomba H no cayó, gobierna Macri  que es peor.

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba