Por Napoleón Solo
El fallecido escritor Umberto Eco dijo no hace mucho tiempo que “el Facebook es solo una legión de idiotas”. La frase del intelectual quería interpretar la gran cantidad de personas que acceden a una herramienta cibernética para igualarse en adjetivos sin sentido.
También es cierto que gran cantidad de argentinos son adictos a las redes sociales. Y si queremos calificar al argentino, nadie como Ortega y Gasset que en rueda de prensa, cuando se le preguntó qué opinaba sobre los argentinos supo contestar: “Mi opinión es una sola palabra y es la misma que se forma desintegrando la palabra argentino y formando otra, o sea ignorantes”.
Si unimos a los intelectuales en sendos silogismos podemos expresar que los argentinos usamos Facebook, el Facebook es una legión de idiotas o sea todos los argentinos somos idiotas, o bien los argentinos ignorantes usan Facebook, el Facebook es una legión de idiotas, o sea todos los argentinos somos ignorantes e idiotas.
Consultando estos polémicos juicios de valor sobre nosotros mismos con quienes viven en este país y son adictos a las redes hallaremos respuestas negativas a nuestra hipótesis de conflicto.
¿Pero hasta donde uno se equivoca cuando cita a Eco y Ortega y Gasset? El Facebook es una red social donde cualquiera dice cualquier cosa y sus objetivos en este orden pueden llegar a ser a) insultar al otro, b) mostrar que comemos, c) cargar a Boca o River, d) mostrar 100 fotos de un viaje a Las Toninas y e) demostrar sin fundamento alguno que el otro no sabe nada porque no vivió tantos años como nosotros. O sea Umberto Eco tenía razón.
Cuando Ortega y Gasset dice que somos ignorantes, nos ofendemos. Pero con algunos segundos de análisis y autocrítica podemos coincidir con el español. Para llegar al calificativo ignorante citemos a parte de la clase media que con instrucción pero sin formación se cansa de votar a aquellos que los empobrecen. También citemos a los habitantes de la caja boba que a los gritos, con música de fondo y chivos cada dos minutos no agregan nada a nuestro conocimiento salvo mentira en grageas.
No dejemos pasar por alto a la clase dirigente que públicamente nos miente, nos trata de idiotas y nosotros le creemos. Los futbolistas que con su frase: “me enteré por los diarios” hacen un culto del desconocimiento, agregando un granito de arena al concepto de Ortega y Gasset.
Claro que la mayoría de los argentinos no somos ignorantes como reflexionó el español pero aquellos que visibilizamos a través de los medios colaboran para que este duro concepto tome visos de realidad. Ahora bien, la ignorancia hace estragos en nosotros cuando elegimos a la derecha para que nos gobierne, cuando creemos en grupos de poder, cuando entramos a un Facebook para adjetivar cualquier cosa en nombre de una falsa libertad de expresión, cuando nos transformamos en sabiondos de la nada, cuando decimos “ en mi época no pasaba” o “yo lo viví, que me vas a contar” y así con numerosas afirmaciones sin fundamento alguno nos convertimos en charlatanes, carismáticos, chantas pero conscientes de que Ortega y Gasset tan errado no estaba.