OpiniónOpinión

El insulto a la Patria

Por Simón Radowistky

Escribió Perón en “La comunidad organizada”: “Cuando nosotros denunciamos públicamente la despoblación del campo y  su correlativo hacinamiento urbano, cuando exhibimos el rancho y el conventillo como vivienda obligada de los trabajadores, cuando describimos la desnutrición y la miseria fisiológica de los habitantes del interior, y el resultado de esas condiciones infrahumanas de existencia, cuando señalamos que el 50 por ciento de nuestros muchachos de 20 años están inhabilitados para la prestación del servicio militar, lo que significa su incapacidad para la lucha por la vida, cuando estudiamos el problema del salario con relación al costo de subsistencia, cuando nos referimos a la natalidad de nuestra población, que no aumenta, estamos en realidad diciendo que a la suerte del más humilde ciudadano está ligada, por inmutable solidaridad, la suerte de la nación entera, y que cualquier injusticia contra él cometida, ofende a la patria toda”.

Perón siempre habló de construcciones colectivas y en este sentido la injusticia para los más débiles en cualquier rubro de la república constituía, a su saber y entender, una ofensa gratuita  con la patria toda.

¿No nos sentimos todos ofendidos cuando el gobierno le quita las pensiones a aquellos con capacidades diferentes? ¿Y más todavía cuando pretenden hacernos creer que fue un error y que comprendieron que era indebido? La ofensa a la patria se produce cuando un funcionario piensa por un minuto que hay que sacarle un peso a un chico Down para juntar plata para el fondo monetario internacional.

¿Usted no se ofende cuando se niega la cantidad de desaparecidos durante la dictadura? El país se ofende, salvo aquellos integrantes del club de resentidos fundado por Darío Lopérfido.

La patria se molesta cuando la pobreza inunda los hogares argentinos sin haber habido una guerra, un terremoto, una dictadura. Es más, se partió de un país funcionando y luego de año y medio, la destrucción es total.

La patria se muestra ofendida con los 26 mil humanos en situación de calle en la Capital Federal. Más se enoja cuando los derechos promovidos por el peronismo van cayendo de a uno ante la mirada inquisidora de una clase media candidata al descenso social.

También se enoja la patria cuando una comisión de la OEA certifica que la detención de Milagro Sala es ilegal. La patria se molesta, el gobierno se alegra de no hacer caso a tamaña maldad.

Quien más, quien menos, se ofende cuando los diarios norteamericanos se preguntan por qué la justicia argentina no actuó contra el presidente Macri en el caso de los papeles de Panamá.

La patria permanece en continua ofensa, enojo, molestia, destrato al comprobar en forma cotidiana que la derecha en el gobierno se jacta de un cambio para bien cuando las mayorías comprueban el sabor amargo de la desocupación, pobreza, inseguridad, inflación, recesión y entrega del patrimonio nacional a manos de una oligarquía gorda de bienes y satisfecha de ver a las clases medias y bajas desmoralizadas, tristes y reclamando por un mendrugo.

Hoy estamos en presencia de la segunda parte de la revolución mal llamada libertadora, que comenzó con alta represión, un plan económico similar al actual y se tuvo que retirar por un fracaso rotundo a los tres años. El gobierno de Cambiemos entra en su segundo año y las elecciones de medio término mostrarán un nuevo fracaso de la derecha, quizás se inicie el principio del fin. De igual manera la patria seguirá ofendida por el maltrato oficialista que no la considera y  cierto sector de la oposición que resulta funcional al gobierno. Para que la patria no siga en enojo continuo, propongamos “la patria es el otro”.

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba