Por Napoléon Solo
El poder nunca se equivoca, quizás de duerme, duda, espera y en eso nos da vacaciones donde las mayorías disfrutan cual humilde en Pelopincho.
Diciembre de 2001, en Buenos Aires cae un presidente. El país en llamas. Militantes muertos por las balas de la soberbia, incomprensión y sin razón de un gobierno liberal que se rinde. En un rincón de la histórica Plaza de Mayo se observa un hombre de no más de 1, 68 metro caer de bruces en el pavimento. El golpe fue terrible, la internación rápida y el hospital como el país, lúgubre y abandonado.
Los cirujanos del hospital público concentrados en la operación, Jorge solo duerme. Quien permanece alerta es su inconsciente. Cerca sus afectos, Betty su novia y sus compañeros de la vida. El médico finalmente arroja la fatídica noticia, el ACV provocado por el golpe lo deja en estado vegetativo.
Gritos, sollozos, insultos al aire son la escenografía de esa triste e inolvidable noche. El dolor invade a Betty, el silencio a Jorge.
Su novia concurre diariamente al hospital. Su amor por Jorge le impone la dureza de los tiempos trágicos. Todos los días la misma rutina. Al lado de su novio, acaricia su cabellera, le habla y le lee el diario. Mientras Jorge dormita, en la Argentina comienza un nuevo periodo presidencial. Néstor Kirchner llega al poder. Comienza una era de crecimiento nacional con el FMI sin intervención alguna. Las vacaciones argentinas han comenzado.
“¿Sabés Jorge? que Néstor termina su presidencia y se retira con todo el afecto popular. La primera vez que veo a los diarios contar del mismo modo la información y la gente contenta. Dicen que el 90 por ciento de la población estuvo conforme con el presidente, de no creer”.
Asume Cristina y la alegría popular se sigue manifestando. La tristeza es un producto difícil de conseguir. En el hospital, Betty sigue cargando de afecto a Jorge además de contarle el día a día del país. “Hoy asume Cristina por segunda vez”, cuentan todos los medios, relata Betty. “Es una pena lo que estás perdiendo, aunque estoy segura de que a través mío lo percibís”.
El estado de Jorge no cambia. Los amigos suelen visitar la habitación 192 donde habita su compañero. Ricardo, Vicente, Claudia, Gladys, Carlos y Liliana son los de “fierro” que en forma constante se llegan hasta el lecho donde su amigo cerró los ojos ese día de diciembre del 2001.
“No vas creer, Jorge, pero lanzamos un satélite, encima YPF volvió a ser nuestra, esto es mágico”, le cuenta Betty y agrega “escuchá estas líneas de Washington Irvin “lo cierto es que el lugar continúa, todavía bajo la influencia de alguna fuerza mágica, que domina las mentes de todos los habitantes, obligándolos a obrar como si se encontraran en una continua ensoñación», hermoso, remata Betty.
Jorge se mueve, su estado comenzaba a ofertar novedades. Betty observa que una mano cambió de sitio. La esperanza de a poco daba color al rostro de la novia que hacía 14 años se sentaba frente al lecho de su amado.
Un Papa argentino, yanquis y cubanos acordando y hasta Racing campeón saltaban de las primeras planas a oídos de Jorge que esperaba algún día despertar.
La vida había cambiado totalmente con respecto al 2001, otro país, otra sociedad y el lamento de Betty que su novio no pudiera verlo. Pero las vacaciones finalizaron y el poder real se hizo cargo, Macri mediante, de un país para retrotraerlo a la semi colonia que siempre supimos ser.
Y Jorge desperta. Una primavera del 2017 sus ojos observaron como primer imagen el rostro de su novia. La alegría vuelve a la pareja. Finalmente Jorge comienza una nueva vida después de una siesta de 16 años. “Atrás quedó el 2001 y los 34 muertos, también una década mágica”, cuenta Betty.
Jorge piensa y pregunta, ¿por qué mágica?
-Porque se creció, se ampliaron derechos, había futbol gratis, en fin, una revolución de la alegría.
-Ah, sí lo acabo de ver en un semanario que dejaste. Pero le erras, la revolución de la alegría es de Macri
-No Jorge el contento popular fue del 2003 al 2015 y vos no lo pudiste ver. Hace dos años que Macri alegra a la oligarquía y entristece a la mayoría. O sea, me dejaste en plena crisis del 2001 y volviste en plena crisis del 2017”, relata Betty
-O sea que me perdí la magia, afirma Jorge.
-Y si, aunque este gobierno algo de mago debe tener, porque quiere desaparecernos.