Por Simón Radowistky
Los medios dominantes establecen en forma inequívoca, dinámica y diaria un pensamiento único. Este es quien se referencia y reverencia al sistema. Los principales medios hacen uso y abuso de la población a través del cuarto poder que finalmente resulta un poder de cuarta.
Las corporaciones o grupos dominantes utilizan a los medios como grupo de tareas, donde su labor es desaparecer la verdad e instalar a la mentira como parte de la realidad. La misma es servil a los intereses del poder real.
El actual gobierno cuenta con un blindaje mediático que si este faltara, Macri ya hubiera abandonado el gobierno. Si los medios amplificaran la verdad tendrían como base informativa a los Julián Assange quien con sus WikiLeaks desnudó la hipocresía imperial y no a los Fariña, Pérez Corradi y demás cachivaches financiados por los servicios de inteligencia.
En el servicio informativo de Assange se pudo leer la pertenencia y servilismo total de Macri para con la embajada norteamericana. En el 2009 en una reunión que mantuviera el entonces jefe de gobierno con el embajador se puso a total disposición de los intereses yanquis para lo que guste mandar.
También se descubrió en esos informes la deslealtad de Sergio Massa para con su otrora jefe, Néstor Kirchner.
La realidad no es como la muestra la caja boba. Si fuera así, deberíamos aprobar que Randazzo es un caballerito y educado futuro presidente, que se robaron todo y que Macri es nuestro líder porque nos está sacando de la pobreza y nosotros no nos damos cuenta.
Pero expliquemos parte por parte. Elisa Carrió para magnificar el “se robaron todo”, llegó a decir que los K se llevaron un PBI. Andrés Asiain, en su columna de Pagina 12, explica: “Para tratar de ver si efectivamente se robaron un PBI, intentaremos estimar la posible corrupción K bajo una hipótesis de máxima. Siguiendo la humorada de que a cierto funcionario de la gestión anterior se lo conocía como teléfono celular porque para hablar con él había que poner primero el 15, consideraremos que el 15 por ciento de los gastos de capital del presupuesto estaba compuesto por coimas (un 5 por ciento más que la tarifa tradicional). También asumiremos que el 10 por ciento de los subsidios a las empresas alimentaban la corrupción (el doble de lo denunciado por la diputada Carrió). Por último, se asumirá que el 10 por ciento de los sueldos de todos los empleados públicos incorporados por la gestión anterior iban a parar a bolsillos ajenos. El resto de las erogaciones del Estado, donde pesan fuerte los gastos de seguridad social e intereses de deudas, no son partidas susceptibles de desvíos masivos por lo que son dejados fuera de la estimación.
Tomando esas hipótesis de máxima, en ningún año la cifra de posible corrupción supera el 2 por ciento del PBI, y en el acumulado entre 2003 y 2015 sumaría como máximo el 15 por ciento del PBI promedio del período (o el 11 del PBI de 2015, considerando las comisiones y el producto a dólares corrientes). Es decir, una cifra muy lejana a un PBI aún considerando esas hipótesis máximas de comisiones”.
El “se robaron todo” quedó demostrado y es una zoncera perversa. Bien, vayamos por nuestro líder que prometió bajar la inflación y la pobreza cero. Aquí la demostración es más sencilla. 91 mil millones de deuda externa solicitados por el hijo de Franco me eximen de todo comentario. Refuerzo esta fundamentación con el editorial de Jorge Lanata cuando dice “Me siento un tarado porque no se ver que vamos bien”. Ni hablar de un plan económico de sometimiento y entrega.
Por último dejamos el tratamiento de los medios sobre aquellos peronistas buenos. Comodoro Py más Clarín y sus muchachos amplifican cualquier mentira que descalifique a los K. En cambio, los soldados de Randazzo son bien tratados. ¿Por qué la diferencia? Simple: Magnetto se cansó de Macri y quiere para el 2019 el retorno del peronismo pero con Randazzo presidente, es decir, un futuro Menem.
Lo que oculta el poder mediático pero no Julián Assange es que antes de definirse la candidatura de Scioli presidente, el hombre de Chivilcoy estuvo reunido tres veces con Don Héctor. Con Macri en el gobierno aceptó una invitación para inaugurar una obra ferroviaria. Desde que el poder amarillo se instaló en Casa Rosada el silencio invadió a Randazzo con lo cual lo hace poco confiable, por no decir nada.
Las elecciones están a la vuelta de la esquina y parte de la solución depende de nosotros. El ajuste debe ser frenado de alguna manera y una derrota amarilla creará zozobra en el empresariado y comenzará a ver con buenos ojos al ganador que se instalará como futuro presidente. Si el triunfador es funcional al poder real nuestra economía seguirá igual. La deuda continuará frenando los aumentos en salarios y jubilaciones para pagar intereses de deuda y las corporaciones seguirán creciendo a costa de nuestro sacrificio. La única posibilidad es que triunfe el candidato que se le plante al sistema y les muestre los dientes. El resto, es más de lo mismo.