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Lágrimas peronistas

Por Gabriel Princip

Llovizna en la tarde gris porteña. El anochecer comienza a dar sus primeros pasos en un día por demás macrista. Paraguas, gente apurada, rostros enojados, gritos e insultos que ilustran las calles bacheadas y los días felices del peronismo, sólo en el recuerdo.

Allá en lo profundo del espacio se encuentra el Comando Celestial. Dentro de este, en la segunda nube gris se halla el Bar “Causa nacional”. Allí se observa el génesis de la lluvia, aunque esa llovizna son lágrimas.

En la mesa central, Néstor sollozando ante la vista de Perón, Cooke, Jauretche y Discepolín. En la mesa aledaña, el Che, Fidel, Alfonsín, Balestrini, Arregui; más atrás fumando y pensativo Scalabrini Ortiz. Evita, de pie, fijando su vista en Kirchner. Algunos militantes de los 70´ y otros de la resistencia copando en su totalidad el bar. Algunos, mate en mano otros, con un café en los labios y los menos con tabaco haciendo humo. Pero todos mirando desde arriba la actualidad nacional.

-Disculpen muchachos, dice Néstor, pero no me banco la persecución a Cristina. Sufre y mucho la loca.

-Calma compañero, interrumpe el General. La compañera es un cuadro excepcional y sabe que en los tiempos duros hay que hacer tripas corazón y bancar la parada. Lo que pasa que algunos compañeros tienen mala memoria y se olvidan de los tiempos vividos. Hoy prefieren la palmada cariñosa, amarilla y traidora que las consecuencias de ser un buen peronista.

-Los muchachos olvidan rápido, ni siquiera se acuerdan de lo que decía Cooke. ¿Te acordás  John?, repetilo.

-¿Qué cosa?, contesta Cooke

-Haz lo tuyo, tu frase.

-Ah, sí “el peronismo es el hecho maldito del país burgués”. Y le agrego, “el capitalismo foráneo y sus sirvientes oligárquicos y entreguistas han podido comprobar que no hay fuerza capaz de doblegar a un pueblo que tiene conciencia de sus derechos”.

-Sí, pero los veo aflojar, acota Discepolín.

-Nada está dicho, interviene Evita. Macri está llevando el país al pre peronismo. Ese país de los oligarcas, de los grasitas sin nada porque vivir. Pero el tiempo me dará la razón y veo demasiada injusticia. También vislumbro que algún compañero retornará al peronismo al poder  y donde observe  que haya una necesidad,  habrá un derecho y a partir de ahí vendrá  la reconstrucción  que será de neto color peronista.

-La cosa no está nada bien, acota Don Arturo, pero no hay con que darle, los pueblos votan mal cuando están bien y bien cuando están mal.

-Y sí, tenés razón. Mirá que encontramos el país incendiado y me puse al frente, luego siguió Cris y en 12 años nos pusimos de pie para que la gente vaya graciosamente y vote a un tilingo. Ya parezco Jauretche.

-No confunda Néstor, retruca  Don Arturo. Yo impuse el término tilingo para retratar al tirifilo, sin contenido y fanfarrón que habla de lo que no sabe. Ahora Macri es todo esto más el cipayo de la historia argentina, el vendepatria, el entreguista y por si fuera poco, un otario desubicado 24 horas al día.

-Lo que yo no entiendo, interviene Arregui, es como hay gente que banca a un tipo que te endeuda en 100 mil millones verdes y desprecia al que te desendeudó. No lo entiendo.

-¿Sabés lo que pasa hermanito?, al unísono contestan el Che y Fidel, que el gobierno de los K fue muy bueno pero poco explicado. Nosotros en Cuba contamos el sentir de la revolución en  cada acto del 59´ en adelante. En la Argentina, la gente, en su mayoría, creía que lo que hizo el peronismo era su obligación, que era fácil y que el que los suplía seguía un camino parecido. Y no fue así. En fin, una oportunidad histórica perdió la Argentina, pasaron de Nación que instalaba satélites en el espacio a una triste colonia de rodillas al imperio.

-Tampoco dieron mucha bolilla a los medios como hacen los amarillos, analiza Mordisquito, alias Discepolín. En la mejor época peronista tuve que meterme en la radio y darles a los gorilas para que tengan y guarden. ¿Se acuerda General cuando, caliente, entré en la emisora y ahí no más dije “yo alguna vez hablé de los rumores, de la calumnia, de todo ese infame y misterioso rio de noticias falsas que echan a rodar los resentidos, claro ellos no pueden mostrar las hermosas realidades y buscan el desquite de las mentiras sin dignidad y sin heroísmo. Y ellos, son los que  desde años y años te dicen sigilosamente “se va a venir una”, esos mismos son los que ahora te ponen una mano en el hombro, miran hacia los costados, se agachan y te dicen “ojo la que se viene”. ¿Y qué se viene? Millones de personas que vienen a defender un mundo de conquistas enormes que han encontrado la felicidad en este gobierno y no quieren perderla”?

-Así se habla, Mordisquito, cuantos recuerdos, enfatiza el General.

Scalabrini Ortiz sigue fumando y esperando junto a un ventanal. El Che y Cooke intercambiando habanos ante la presencia de Fidel, mientras que Arregui y Jauretche se muestran uno más escorpiano que otro. El General, Evita y Néstor siguen discutiendo la actualidad.

-Flaco, quedate tranquilo, acota Perón. No te olvides que esta persecución a Cristina pasará, pero sobre todo no olvides que los días más felices fueron peronistas.

-Este es el paraíso General, pero la Argentina está en el infierno y usted tiene razón. Seguramente volveremos y algún compañero llegará al sillón de Rivadavia para volver a poner las cosas en su lugar y que las mayorías no sufran.

-Así se habla, grita Evita. Es más, mirá si viene alguien parecido a vos que el primer día te copie el discurso para poner al país de pie. ¿Te acordás?

-¿Cómo lo voy a olvidar? “Vengo a proponerles un sueño, reconstruir nuestra propia identidad como pueblo y como Nación, vengo a proponerles un sueño que es la construcción de la verdad y la justicia, vengo a proponerles un sueño, que es el de volver a tener una Argentina con todos y para todos. Estoy convencido de que en esta simbiosis histórica vamos a encontrar el país que nos merecemos los argentinos”.

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