Por Gabriel Princip
El presidente Macri habló del Estado y lo calificó como «aguantadero». Quiso decir el ex presidente de Boca que hay demasiada gente que no se precisa y por ello se debe hacer más eficiente. Lo que no aclara el hijo de Franco, es que su gobierno echó administrativos de bajo sueldo y contrató un 25 por ciento más de empleados con cargos altos, solamente en el ministerio de producción hay 90 direcciones que nadie sabe para qué sirven en un lugar que no funciona.
Entonces, ¿Cuál es el sentido de este gobierno? Algunos califican al PRO como un conjunto de CEOS que, endeudamiento mediante, formatean una Nación en colonia, otros dicen que se abre al mundo como una república, pero no dicen para qué ni cuál es el contenido y los menos aclaran que es el cambio, la negación del populismo y un sinfín de adjetivos que embarullan al ciudadano que día a día entiende que sus recursos son menores y sus expectativas no tienen el color de verde esperanza.
En síntesis, no se entiende la filosofía amarilla, el conocimiento de la derecha es escaso o, por lo menos, no se logra entender.
En su obra “La Comunidad Organizada”, el general Perón filosofa. Es el libro que contiene el balance del Congreso de filosofía organizado en 1949 en la provincia de Mendoza. Dice Perón: “El pensamiento platónico entendió la acción política que, al alejarse de los arquetipos ideales de bien, belleza y proporción, corría un periplo descendente que podemos sintetizar del siguiente modo, al gobierno ideal de una aristocracia intelectual sobreviene una administración que solo piensa en los honores militares (timocracia). Estos honores a su vez degeneran en una razón gobernada solamente por la notoriedad del dinero, a la que se denomina oligarquía. Como respuesta a la oligarquía se sucede u n gobierno de reacción, la democracia, que no logra establecer nunca valores claros para la sociedad. La escuela sofista, dentro de la perspectiva platónica, es la degeneración retórica de la democracia. Estos excesos engendran la tiranía individual, cuya meta es el reordenamiento despótico de la sociedad. Los hechos tal como los expuso Platón en la República, no guardan relación con la verdadera historia de Grecia. Pero lo que realmente importa para nuestro análisis es la desconfianza radical del filósofo tanto para el gobierno de los muchos, proclives siempre a los vicios de la demagogia, como para el de los pocos, cuyo régimen no nacería de la razón moral cercana al arquetipo de justicia, sino de la fuerza de la fortuna”.
En el mundo griego existía una lucha de clases que la filosofía marxista prosigue y es el centro de reflexiones justicialistas sobre el sentido de la acción política y ciudadana. Entonces la pregunta es, ¿Dónde se encuentra el peronismo? ¿Cuál es la síntesis de los gobiernos de Perón, Néstor y Cristina?
La respuesta es la democracia social que al decir de Perón “no frena la dinámica histórica, pero que construye un estado lo suficientemente poderoso que funciona como garante contra la fuerza de la plutocracia o bien, si queremos utilizar un vocabulario más centrado en la lógica de la modernidad, del capital concentrado”.
Si observamos al actual gobierno y razonando filosóficamente nos encontramos con el individualismo como base de todo el discurso amarillo. No quedan dudas que este gobierno hace la vida más fácil a las clases altas porque quienes manejan el ejecutivo pertenecen a la misma clase. En una palabra, es una plutocracia que aliada a la oligarquía llegó a través de una democracia formal para someter a una mayoría. Si se quiere elegir un filósofo en este gobierno el indicado sería Thomas Hobbes quien habla del hombre libre. Nadie discutiría la libertad, el problema es que es centro del individualismo y Hobbes no explica el concepto de pueblo libre, de ahí se llega a una democracia verdadera donde la economía está al servicio del hombre y no al revés como en la actualidad.
Releyendo a Perón observamos desde la filosofía que propone todo lo contrario a este gobierno neoliberal. Se aclara esta idea para desmentir a aquellos que aliados a fuerzas conservadoras justifican su estadía en la actual administración denostando el anterior gobierno. La fuerza que ocupa el poder, asociada al radicalismo y con referentes pseudo peronistas, carecen de sentido social pues tiene un formato dictatorial, de escaso contenido intelectual, pero rápido en la entrega, el servilismo y el cipayismo.