Por Napoleón Solo
El rumor en la plaza financiera es que el dólar está muy bajo. El comentario en la industria es que no hay salida. El grito de la gente es que la inflación es alta y la charla de café del banquero es el disfrute de las tasas altas.
Este primer párrafo es para ilustrar la frase del diputado José Ignacio De Mendiguren cuando la semana pasada calificó la situación económica como el trípode la muerte, es decir, “dólar bajo, tasas altas y elevada inflación”.
Situación similar se vivió en el final del dictador Videla al frente del ejecutivo. Para eyectar del poder a Martínez de Hoz el dólar estaba bajo, las tasas altas y la inflación, ídem.
Quizás encontremos parecidos en épocas de Onganía, Menem y De la Rúa. La matriz de estos gobiernos mencionados más el actual, es la eliminación de la industria nacional sumado al empobrecimiento de las mayorías para obedecer ciegamente al imperio.
La terminología sonará antigua, ideologizada, pero ¿Cuál es su opinión cuando encuentra a Macri parecido a todos los gobiernos liberales, con inclusión de las dictaduras?
Ya renunció Prat Gay, una copia de Prebish, y la economía no mejora. La inflación de marzo de este año fue netamente superior a marzo del 2015. La recesión está a sus anchas, las tasas tan altas como con Martínez de Hoz y la industria cada vez mas hundida.
El desconocido ministro de economía aseguró que este año será el despegue. El anterior nos juró por la hermana que no tiene, que el segundo semestre sería el comienzo del mejor gobierno. Evidentemente estos dirigentes pueden recibir cualquier mote o apodo pero nunca les dirán Nostradamus.
El plan macabro pergeñado por el círculo rojo local está dando resultados. Las mayorías cada vez más postergadas y una elite sonriendo día a día. Siempre estuvo en la mente del clan la idea de poco tiempo para lograr que la justicia avale sus raros ingresos y de paso obtener pingues ganancias mediante la revolución de la alegría o sea eximirse de impuestos. Y en este festival de la corrupción se llevan el plus de encerrar a la yegua. O al menos que recorra tribunales para no ser candidata.
El diputado De Mendiguren apoyó este gobierno con su partido renovador. Ya está del otro lado y con esa frase que no tiene consuelo, “dólar bajo, tasas altas, inflación alta” no tiene posibilidad alguna de apoyar a Macri. La pregunta es, ¿Alguna vez imaginó que el PRO alentaría a la industria?
Detrás de las internas palaciegas y el desconsuelo de muchos dirigentes traicionados existe una gran cantidad de gente que sufre. Mientras los medios se disponen a contar cada interna política hay gente que muere de hambre, se suicida, se pelea, se desilusiona, pierde sus derechos, su trabajo, su bienestar todo aquello que hace dos años nadie discutía.
Hoy el gobierno sigue con su objetivo entreguista, su método liberal y mentiroso y su insensibilidad ciudadana muy propio en los plutócratas y oligarcas. Hoy la entrega se vive día a día, la idea de colonia se acaba de consolidar y la risa hipócrita y perversa invade a un gobierno que disfruta de este formato. El pueblo, como en cada época liberal, es quien invierte en lágrimas, angustia y desesperanza mientras el presidente manda un abrazo a lo inundados de Chubut y su secretario de comercio, duplica los precios de su supermercado en el Comodoro Rivadavia inundado. Hoy la perversión derrota fácilmente al sufrimiento y eso es política de estado.