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EL DOCENTE BULLRICH

Por Gabriel Princip.

Patricia Bullrich reconoció que nunca fue montonera. O sea, esas fotos que aparecen con montoneros, con Galimberti, con demás dirigentes montoneros son todas mentiras, o mentira es esta última declaración. El apellido Bullrich va de la mano de la mitomanía. El ministro de educación, futuro diputado, también se muestra como un educador de la primera hora y un importante dirigente liberal con sabias palabras y reflexiones a lo largo de su carrera.

Pero, ¿Quién es Bullrich en realidad? ¿Es acaso un ministro de educación como Sileoni o Filmus que se aburren de mostrar títulos o es un simple docente? No, no es simple, tampoco docente. Es el único ministro de esta importante cartera que no tiene título habilitante que tenga que ver con la docencia. Esteban es licenciado en sistemas de la universidad CAECE y master en administración de empresas en la Kellogg Scholl of Management. También estuvo dos meses como voluntario para hacer un programa de estudios de computación para la fundación de niños huérfanos del Padre Fabretto en Nicaragua. Una ONG financiada por la USAID, agencia norteamericana, que según sugiere la BBC de Londres funciona como un frente civil de la CIA para llevar a cabo operaciones secretas. También Usaid en Argentina financia Chequeado. Com, de la esposa del intendente de Pilar y la ONG CIPPEC.

Para ser ministro de educación su nivel intelectual es bastante limitado y su compromiso con lo nacional es nulo. Pero, ¿Quién es realmente el próximo diputado nacional por la provincia de Buenos Aires? Uno cree que uno es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras. Y si esto es cierto, las declaraciones de Bullrich dejan bastante que desear y no entiende quien lo votará o mejor dicho sabemos cuál es el voto cautivo PRO y ese no tiene que ver con la democracia.

En su alta exposición como miembro del gabinete escuchamos al funcionario hacer coro con Prat Gay cuando hablaban de la “grasa militante”, excusa liberal para despedir trabajadores y desarmar familias.

Más tarde se refirió a los pobres que cobraban planes y dijo: “Usan los planes sociales para comprar balas”. ¿Puede un ministro de un gobierno que como política de estado establece la unión de los argentinos declarar semejante estupidez? ¿Puede?, evidentemente si y lo hace porque el conjunto de autoridades amarillas piensan de igual forma y nadie de ellos les importa nada lo que ocurre con un próximo o prójimo. La patria no es el otro, sino cada ombligo pro.

Experto en declaraciones que hacen juego con el pensamiento fascista declaró ante el intelectual Alejandro Fantino sin ponerse colorado: “El sábado lloré frente a la televisión viendo la marcha”. Seguramente se le derramó un lagrimón cuando escuchó a una votante suya decir “desaparecieron los que tenían que desaparecer”.

Pero nuestro prócer de la palabra y sicario del pensamiento nacional entró en el top five, manteniéndose 4 semanas a la vanguardia, cuando visitó la casa de Ana Frank en Holanda. Nuestro héroe dijo “Sus sueños quedaron truncos por una dirigencia que no fue capaz de unir”. Capaz que se refirió al gabinete del intendente de Morón, pero si se califica en serio se dice nazi, asesinos, criminales que eliminaron millones de criaturas. No es lo mismo pronunciar la palabra nazi que una dirigencia incapaz. Quizás no mencionó el partido de Adolf Hitler porque la versión argentina de esta corriente colabora con el Pro bajo la denominación de Bandera Vecinal. Pero confirmamos que Ana Frank fue asesinada por el nazismo y no por diferencias dirigenciales.

Luego de paros y acuerdos, y cuando todo se normalizaba, la policía reprimió a cuatro docentes. ¿Qué dijo nuestro amado funcionario? “Tenemos que entender que cuando un oficial nos da una instrucción hay que obedecer”. No habló de represión ni de solidaridad, sólo los retó haciendo juego con el comunicado del gobierno porteño que explicó que: “La policía sugirió que los docentes se retiraran”.

Majo Nuñez, docente tiene la cara llena de sugerencias, todas moradas, todas con dolor, todas las sugerencias que provinieron de los padres de chicos que los docentes educan y los mismos que en las marchas a favor de la mujer tienen el cartelito de ni una menos.

Bullrich es esto y nada más. Un alcahuete del sistema sin contenido que sólo repite frases de amor y paz en medio de la represión, el dolor y la injusticia.

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