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Vida y obra del choripán

Por Simón Radowitsky

No debe haber embutido o sándwich de un embutido como el choripán con tanta prensa últimamente y no se destaca sus crónicas en el suplemento de cocina, sino en las primeras páginas del diario, en la sección política.

En un típico ataque clasista para defenestrar a las clases medias y bajas los dirigentes amarillos destacan como botín del día la idea que un militante concurre a una marcha por un sanguche. Algunos le agregan un plus en billetes y un vaso de criollo vino o quizás bebida americana.

Pobre chorizo, alguien diga que tiene su historia. Se origina en España en la edad media, quizás el génesis de la conexión con el peronismo se detecta en 1624 cuando aparece el chorizo negro. El embutido se trasladó por toda América y algunos países de Europa como Austria, Hungría, Portugal, Bélgica y Alemania.

El chorizo es un embutido de carne picada de cerdo con algunos pimientos, también su geografía se oferta en las carnes como elemento longitudinal. El bife de chorizo es un trozo de carne con la medida de un chorizo, por eso su nombre.

En Argentina existe el chorizo criollo que se realiza sin curar, ni desecar ni ahumar y que se coloca casi fresco a la parrilla. Combinado con el pan obtenemos el autentico, original, popular y cuasi peronista choripán.

¿Qué dirigente antiperonista no ha saboreado un autentico chori? Porque el movimiento nacional y sus integrantes todos lo hemos disfrutado. Entonces cabe la pregunta, ¿Cuál es el motivo, razón o circunstancia de la persecución política hacia tan noble alimento? ¿Acaso este elemento gastronómico tiene la culpa de la sinrazón liberal ¿Hasta donde el choripán será utilizado para la división clasista que busca la derecha?

De todas maneras, el oficialismo comete un error cuando discrimina utilizando al “chori”. Los militantes populares concurren desde siempre a las marchas porque forma parte de su reclamo, de su protesta, de su folclore y jamás van por un alimento. Y si son  llevados en colectivos es porque son pobres y viven lejos de la Capital. Los manifestantes del 1 de abril en su mayoría son residentes de barrios  pudientes y cercanos a la plaza, por eso van caminando. Y los otros con menos recursos fueron trasladados en colectivos a pesar del negacionismo de Macri.

El recurso liberal es agrandar la grieta. Es sostener el ego de la clase media haciéndoles creer que son mejores, que trabajan, que tienen valores democráticos y que luchan por el país, no como esos negros que si nos le dan de comer no entienden la democracia. De ese análisis parten dirigentes como González Fraga impulsado por Durán Barba que, al margen de ser un sicario de la política, entiende que sus representados tienen que bajar un mensaje simple dirigido a aquellos de menor instrucción, o sea la clase media.

En el medio quedó el choripán, ese producto gastronómico, grasoso, con altas calorías funcional a todas las clases sociales pero de corazón auténticamente peronista.

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