Por Margarita Pécora
Primera vez desde que asumió Mauricio Macri, que la CGT unificada se decide a protagonizar una manifestación “de advertencia en Do mayor” en contra del gobierno de Cambiemos por numerosos fallos de gestión y promesas incumplidas, que impactan negativamente en la vida de trabajadores, jubilados y ciudadanos de a pie en sentido general.
Los datos de la macro economía, la inflación y la recesión hablando por un lado de leve recuperación, y el bolsillo de la gente diciendo, por el otro, que la única verdad es la realidad de no poder comprar, viajar, ni pagar facturas de alquileres ni servicios, y vivir con el miedo a perder el empleo.
Hoy la calle está que arde. El gobierno no respira ni un minuto de tregua. Ya la habían dejado caliente los docentes con su marcha (aunque Clarín no publicó en su tapa ninguna foto de la multitud que reflejara la alta adhesión a la protesta).
Segundo día difícil para el oficialismo que no sale de un problema, para aterrizar en otro.
La marcha no fue hacia La Rosada, sino hacia las puertas del Ministerio de la Producción -Diagonal Sur y Moreno-. Todo un símbolo porque es éste frente el que se está desmoronando estrepitosamente.
Como era de esperar, los medios televisivos que le vuelven la espalda a la gente de a pie, tratan de deslegitimizar la medida, resaltando las molestias que ocasionan los cortes, los gritos y la reflejan casi como un acto ilegal.
Otros, en cambio, ponen la lupa sobre la respuesta al poder de convocatoria de la CGT. Lo mismo hace Macri, pero testeando desde Olivos (con la ayuda de sus colaboradores), la masividad y la dureza de los reclamos.
El foco lo tendrán puesto también sobre los discursos de los tres jefes de la CGT: Héctor Daer, Carlos Acuña y Juan Carlos Schmid, con el temor de que ratifiquen un paro general que ya han advertido que viene por los despidos y las suspensiones, en defensa de las paritarias “libres” y los convenios colectivos de trabajo y el «aumento indiscriminado de tarifas.
“El oportunismo político de la protesta” es la tesis que enarbola el gobierno de Cambiemos contra la CGT que no se conformó -pensará- con la bondadosa ayuda a la caja que les dió, para tratar de tranquilizarlos.
De fondo, el consumo para abajo, hasta con tarjeta, del mismo modo que las ventas desplomándose en la Capital Federal. Y el traspié de Avianca.
La Confederación General del Trabajo quiere dejar plasmada con esta marcha la advertencia de que si no se rectifican las medidas gubernamentales, viene el paro general y ya no habrá excusas para rectificar un rumbo errático como el que se viene produciendo hasta la fecha.