Por Gabriel Princip
Difícilmente el argentino medio analice los conceptos. Resultan verborrágicos, con vocación de panelistas, con lenguas ametrallando conciencias con adjetivos en exceso discriminadores.
Ejemplo, ¿Cuántas veces escuchamos la frase “yo argentino”? Bastantes y sirve para indicar la falta de compromiso del dicente. Claro que si intentamos utilizar las mismas letras de estos conceptos pero formando otras palabras la frase saldrá, “Oy, ignorante”.
Ahora bien, si calificamos a cualquier militante de la clase media con el adjetivo “ignorante” pondrá el grito en el cielo desmintiendo la aseveración. Frase fácil de escuchar será “No soy ignorante soy una persona muy informada”. Claro que otra vez analicemos los términos y la palabra “informado” se integra por el prefijo in que denota negatividad, o sea, no formado.
Y quien te dice que está informado agrega “Veo todos los canales, todos los noticieros”. Difícil encontrar alguien que haga zapping con los noticieros, pero suponiendo que sea cierto, se informa a través de un aparato denominado vulgarmente “la caja boba”. O sea, es pretensioso obtener conocimiento de algo denominado “caja boba”.
También dicen leer todos los diarios, o sea, el país cuenta con 43 millones de periodistas. Poco probable. Al margen de escuchar todas las radios, con los cual si escucha todas las radios, lee todos los diarios y mira todos los noticieros la pregunta del millón es, ¿Cuándo trabaja?
No todos los argentinos son así, pero sí un importante segmento de la clase media más afín con el chanta, el tilingo, el cipayo, el otario, o sea, parecido a el presidente y no tanto con una persona con alto contenido intelectual.
Y ese segmento podemos decir que es la opinión publicada, o el voto independiente. La duda nos cabe, pero quien definió en un poema a la clase media fue Daniel Cezare que dijo hace unos años:
Media rica
Media culta
Entre lo que cree ser y lo que es
Media una distancia medio grande
Desde el medio
Mira medio mal
A los ricos
A los sabios
A los locos
A los pobres
Si escucha a un Hitler
Medio le gusta
Y si habla el Che
Medio también
En el medio de la nada
Medio duda
Como todo le atrae
(a medias)
Analiza hasta la mitad
Todos los hechos
Y (medio confundida)
Sale a la calle con media cacerola
Entonces medio llega a importar
A los que mandan
(Medio en las sombras)
A veces, so lo a veces, se da cuenta
(Medio tarde)
De que lo usaron de peón
En un ajedrez que no comprende
Y que nunca la convierte en reina
Así medio rabiosa
Se lamenta
(a medias)
De ser el medio del que comen otros
A quienes no alcanza
A entender
Ni medio.