Por Gabriel Princip
¿Cuántas veces en la radio, la sobremesa o la charla de café se discute de política? Muchas. Por lo general, y respetando la grieta, hay dos pensamientos, dos relatos, dos formas de ser, dos visiones. También es habitual que uno hable de hechos políticos y la respuesta se embandere con la ética, la moral o la sin razón. El objetivo de la charla siempre es tener un ganador en la mesa, nunca jamás el conocimiento ni el intercambio de información.
Entonces uno habla de hospitales, escuelas y trabajo, y le contestan yegua, ladrones, tuertos y demás improperios que no suman nada a la discusión política. Entonces es el momento de entender que la vida no pasa por ahí y que ésta, como diría Mahatma Gandhi, es un espejo.
Un día le preguntaron a Gandhi cuales eran los factores que destruyen al ser humano. Respondió así:
La política sin principios
El placer sin compromiso.
La riqueza sin trabajo.
La sabiduría sin carácter.
Los negocios sin moral.
La ciencia sin humanidad.
La oración sin caridad.
Gandhi dijo que la vida le había enseñado que, la gente es amable cuando yo soy amable.
Las personas están tristes cuando yo estoy triste.
Todos me quieren, cuando yo los quiero.
Todos son malos cuando yo los odio.
Hay caras sonrientes cuando yo les sonrío.
Hay caras amargas cuando yo estoy amargado.
El mundo es feliz cuando yo soy feliz.
La gente se enoja cuando yo estoy enojado.
Las personas son agradecidas cuando yo soy agradecido.
La vida es un espejo, todo es el reflejo propio, si sonrió el espejo me devuelve la sonrisa.
La actitud que tome frente a la vida, es la misma que la vida tomará ante mí.
El que quiere ser amado, que antes ame.
No te compliques las cosas, son así de simples.
Extrañas, llama.
Quieres ver a alguien, invítalo.
Quieres que te comprendan, explica de nuevo y se paciente.
Tienes dudas, pregunta.
Te gusta algo, cuídalo.
Tienes metas, cúmplelas.
Estar vivo no es lo mismo que vivir, la vida no son los años, la vida son momentos que la forman día a día y tú la mereces. Vívela de la mejor manera posible y cada día haz algo que la mejore. Sólo uno está creando la imagen y puedes hacer que lo que ves en el espejo mejore a voluntad con acciones. Nunca mejorará sin que tú hagas que suceda.
El espejo del habla Gandhi debe ser nuestra referencia diaria. Prestar atención a los que dicen u opinan algo diferente para acrecentar nuestro conocimiento es un buen principio. Escuchar más de lo que se habla también es una buena idea.
