Un experto en falsificación de datos históricos fue el fundador de La Nación, el increíblemente ilustre Bartolomé Mitre. Sus doctas mentiras tuvieron en sus seguidores, entre ellos Billiken, y autores de prestigio y escasa moral, a fanáticos de la oligarquía, maestros de la discriminación y líderes de la descalificación.
Por Gabriel Princip
Desde la sapiencia de Mitre pudimos entender la maldad de Rosas, la mediocridad, sicarismo e ignorancia de los luchadores populares, el exilio extraño y pundonoroso de San Martín, la decente doble vida de Sarmiento y la gratitud de nuestro pueblo hacia nuestro hermanos invasores, los ingleses.
Dejamos el pasado y nos encontramos con un gobierno que no deja de hablar de la pesada herencia. La misma que el diario La prensa coincidía en el concepto pero con otra idea en los confines de abril del 2015. Para esa época el matutino criticaba la gestión de Cristina Fernández por el exceso de derechos que harían difícil la gestión de otro gobierno. Esa pesada herencia que criticaba La prensa es la real. Hoy la mentira acaparó las tapas de los medios dominantes para aclararnos que la miseria actual es culpa de la herencia y el robo perpetrado por los K. Si esto no es falsificar la historia, ¿Qué es?
Diferentes dirigentes amarillos se encargaron de explicarnos que somos pobres, que debemos ubicarnos según nuestra clase, que Milagro Sala se cree que robó y debe estar presa, que los papeles de Panamá es mentira, que Arribas y Gómez Centurión son boy scouts, y que Aranguren y su banda es rock and roll puro.
El país actual es para pocos. Sólo para aquellos ignorantes, burros y fascistas que avalan gobernantes que se les parecen. Y son ignorantes porque permiten que la injusticia se consolide como moda. Son burros porque aplauden sin sentido, incapaces de repreguntar, investigar o al menos dudar. Son fascistas porque solo comprenden a la democracia cuando al unísono repiten “este gobierno ganó con los votos y hay que respetarlo”. También Hitler y Mussolini ganaron con los votos.
Decía Arturo Jauretche: “Falsificar la historia, achicar la extensión , dividir ideológicamente con planteos ajenos a la realidad, crear intereses vinculados a la dependencia y dotarlos de un pensamiento acorde, controlar el periodismo, orientar la enseñanza, disminuir la fe en el país y en sus hombres son las variadas técnicas de esa colonización para que la semi colonia no se independice y no construya su economía en razón de sus verdaderas posibilidades que la llevan a la liberación”.
Lo que dijo el pensador nacional no es de ayer, sin embargo hoy la caja boba discute si los responsables del proceso fueron montoneros y demás militantes armados. Cuando todo sabemos que fue un plan sistemático para la desaparición forzada de personas firmado por Henry Kissinger en 1972 y se realizó en toda América latina. Su objetivo fue la implantación de un modelo económico, igual al actual, para la desaparición de la industria nacional. Oia, igualito al macrismo.