Operación Yemen: Chat secreto a destinatario equivocado

Por Margarita Pécora –
No ha pasado un solo día desde que Donald Trump asumió su segundo mandato en la Casa Blanca sin que se produzca un conflicto, una controversia o un escándalo lo suficientemente altisonante como para desviar la atención de los medios internacionales hacia el país del Norte. Allí, la arrogancia de los gobernantes los hace creer que pueden tapar el sol con un dedo, incluso cuando cometen errores que vulneran la seguridad de la potencia occidental.
Pero no se puede esconder el agua bajo el puente, como intenta ahora la Casa Blanca con la filtración de un chat secreto que contenía información militar altamente sensible. En este chat, funcionarios del Gobierno de EE.UU. discutieron ataques contra los hutíes de Yemen, los rebeldes que, tienen en jaque a los potentes portaaviones estadounidenses en el Mar Rojo. El incidente del chat, que involucra esta filtración, se ha presentado como un hecho accidental, pero se trata de un chat militar de alto nivel en el que se discutieron planes muy sensibles relacionados con una operación en Yemen, un país que ha sido bombardeado en los últimos días por el ejército estadounidense.
El mensaje, por obra y gracia del destino, le llegó a Jeffrey Goldberg, editor en jefe del Atlantic, una prestigiosa revista estadounidense que aborda temas de actualidad. Goldberg fue agregado por error al grupo de destinatarios reales, lo que le permitió acceder involuntariamente a información confidencial enviada por Michael Waltz, Asesor de Seguridad Nacional de Trump. En el grupo figuraban 18 funcionarios estadounidenses, incluidos Waltz, el vicepresidente J.D. Vance, el secretario de Defensa Pete Hegseth y el secretario de Estado Marco Rubio.
El editor de The Atlantic aseguró que en la conversación se compartieron detalles operativos sobre los próximos ataques contra Yemen, incluyendo información sobre objetivos, armas que Estados Unidos desplegaría y la secuencia de los ataques. Como se puede apreciar, la metedura de pata fue monumental. Sin embargo, mientras algunos funcionarios, negaron la existencia de discusiones sobre planes de guerra, otros confirmaron la autenticidad del chat, aunque subrayaron que no se compartió material clasificado.
A pesar de la gravedad del asunto, la reacción de la administración Trump fue minimizar el hecho. El propio presidente declaró a la prensa que no estaba familiarizado con la filtración. Pero el escándalo desatado, que incluyó una furiosa discusión en la Casa Blanca sobre si Waltz debería ser destituido, demostró que Trump sí estaba informado. Solo que ahora no quiere ceder ante la opinión pública.
Aunque intenten, no pueden tapar el sol con un dedo. Ahora sobre la Casa Blanca llueven críticas por la falta de control y seguridad en las comunicaciones de alto nivel del Gobierno de EE.UU. Resuenan en sus pasillos señalamientos sobre la vulnerabilidad en la seguridad nacional, evidenciada por un chat militar que, quieran reconocerlo o no, ha sido calificado como una grave brecha de seguridad. Además, se cuestiona el uso de una aplicación como Signal para discutir planes militares, ya que, aunque está cifrada, no es un sistema clasificado y podría ser vulnerable a hackeos.
La inclusión accidental de un periodista en el chat pone en evidencia la falta de protocolos adecuados para verificar a los participantes en conversaciones de alta sensibilidad. Este error ha generado tensiones dentro del Gobierno de EE.UU., con críticas tanto de demócratas como de republicanos, quienes exigen explicaciones sobre cómo ocurrió este imperdonable fallo.