Salud

Desguace del Ministerio de Salud: despidos y renuncias en áreas claves

Despedidos y renuncias en el Ministerio de Salud agravan el brote de sarampión. La crisis en vacunación pone en riesgo la salud pública.

Crisis en el Ministerio de Salud: Desguace y renuncias ante el brote de sarampión

En un contexto crítico, el Ministerio de Salud de la Nación atraviesa una profunda crisis interna que afecta directamente a uno de los sectores más sensibles: el control y distribución de vacunas. A los despidos masivos de profesionales, ocurridos el mes pasado, se sumaron renuncias de médicos y expertas en plena alerta por el brote de sarampión, una enfermedad altamente contagiosa.

La Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles (DiCEI), que tiene a su cargo garantizar la seguridad y calidad de las vacunas, coordinar acciones en casos de brotes y asegurar su accesibilidad en todo el país, ha sido fuertemente golpeada. En un mes, se despidió al 30% de su equipo y, en las semanas posteriores, una serie de renuncias masivas desmantelaron lo que quedaba de la estructura. Hoy, en pleno brote de sarampión, solo tres profesionales quedan al frente de una de las áreas más estratégicas en la lucha contra enfermedades prevenibles.

 

El impacto del vaciamiento

La crisis comenzó cuando la gestión del Ministerio de Salud, bajo la dirección de Mario Lugones, implementó un ajuste drástico que afectó principalmente a las áreas de vacunación y enfermedades inmunoprevenibles. Entre los despedidos se encuentran dos expertas claves en el área de sarampión y hepatitis A, quienes, además de su trayectoria, desempeñaban un papel fundamental en la coordinación y monitoreo de brotes. Esto provocó una ola de renuncias en solidaridad con sus colegas despedidos y por el creciente malestar ante la imposibilidad de seguir trabajando en un Ministerio que, según denuncian, ha abandonado sus funciones esenciales.

Carolina Selent, infectóloga y una de las profesionales que renunció, expresó su preocupación por la falta de reemplazos adecuados en áreas críticas como la vigilancia de la hepatitis A, sarampión y coqueluche, todas enfermedades que están repuntando en el país. “La eficiencia no pasa por ajustar 14 personas con un sueldo que no mueve el presupuesto. Vienen a desmantelar una dirección”, subrayó.

El desmantelamiento de la DiCEI y sus consecuencias

El impacto de estos despidos y renuncias es evidente en la respuesta a las emergencias sanitarias. El sarampión, que se había dado por erradicado en muchas partes del mundo, ha vuelto con fuerza en varias provincias, y en Buenos Aires ya se confirmaron los primeros casos. “El brote de sarampión se dispersó porque no se logró bloquear como se debería haber realizado”, señaló Selent. La situación, según los expertos, es alarmante: las coberturas de vacunación han bajado y la falta de personal capacitado y comprometido complica aún más el panorama.

El área que controla la vacunación en Argentina, reconocida internacionalmente, ha sido considerada uno de los modelos más exitosos en la región. Sin embargo, el recorte de personal, sumado a la falta de continuidad de los equipos de trabajo, pone en riesgo este sistema. Nathalia Katz, otra infectóloga despedida, denunció que el gobierno está retrocediendo más de 15 años en el avance logrado con el registro nominal de vacunación, un sistema que no tiene comparación en América Latina.

¿Qué hay detrás de los despidos?

El Ministerio de Salud ha justificado estos recortes diciendo que se trataba de «terminar con privilegios y curros», acusando a los profesionales de ser “ñoquis”. Sin embargo, los médicos y especialistas, que en su mayoría trabajaban por salarios bajos y con una vocación clara, defienden su renuncia como un acto de ética médica y de responsabilidad cívica. En una carta abierta, los profesionales explicaron que no podían seguir siendo parte de un Ministerio que no cumple con las obligaciones básicas que marca la Ley. “La salud pública no es un gasto: es una inversión en la vida y el bienestar de toda la sociedad”, afirmaron.

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Hoy, en el Ministerio de Salud, se vive una incertidumbre total. Mientras la gestión de Lugones mantiene que la estructura está funcionando adecuadamente, los especialistas renunciantes advierten que la falta de experiencia y el desconocimiento de las tareas específicas están provocando un colapso paulatino en los programas esenciales. “Si no tienen un plan de contingencia, es cuestión de tiempo que todo empiece a caer como en cascada”, alertaron.

A medida que los brotes de sarampión, hepatitis A y otras enfermedades aumentan, el sistema de vacunación enfrenta un desafío sin precedentes. La pregunta sigue siendo la misma: ¿qué tan preparado está el país para afrontar esta crisis sanitaria sin los profesionales clave en puestos decisivos? FUENTE :   GLP

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