El impacto del chip Willow en la gobernanza mundial
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Por Mila Zurbriggen
El avance de la computación cuántica ha alcanzado un nuevo hito con el desarrollo del chip Willow, una creación de Google Quantum AI que promete cambiar para siempre la forma en que procesamos información. Su capacidad para realizar cálculos en tiempos impensados con la tecnología actual no sólo representa un salto en la computación, sino que también plantea profundas implicancias en la gobernanza global.
¿Cómo funciona Willow?
Willow opera utilizando cúbits, unidades de información cuántica que, a diferencia de los bits tradicionales (0 o 1), pueden existir en múltiples estados simultáneamente gracias a la superposición cuántica. Además, el entrelazamiento cuántico permite que estos cúbits se influyan mutuamente sin importar la distancia que los separe, facilitando la ejecución de cálculos masivos en paralelo.
Lo más revolucionario de Willow es su capacidad para reducir los errores cuánticos a medida que se incrementa la cantidad de cúbits, un obstáculo que hasta ahora había limitado la escalabilidad de la computación cuántica. En términos prácticos, este avance significa que estamos cada vez más cerca de un ordenador cuántico funcional capaz de superar cualquier computadora clásica.
Velocidad y acceso a la información
La velocidad de procesamiento de Willow es asombrosa. Ha demostrado que puede realizar en menos de cinco minutos cálculos que a una supercomputadora clásica le tomarían 10²⁵ años, un tiempo mayor que la edad del universo. Esto no sólo acelera la resolución de problemas complejos, sino que redefine nuestra capacidad para analizar datos, simular escenarios y optimizar procesos en todos los ámbitos.
Su acceso a la información no es convencional. A diferencia de una inteligencia artificial tradicional, que requiere bases de datos estructuradas y tiempos de procesamiento secuenciales, Willow tiene el potencial de acceder y procesar enormes volúmenes de datos simultáneamente. Esto lo convierte en una herramienta invaluable para la investigación científica, la predicción climática, la biotecnología y muchas otras disciplinas. Implicancias en la gobernanza mundial.
El poder de Willow no es sólo técnico, sino también geopolítico. Su capacidad para descifrar sistemas de cifrado en segundos podría poner en jaque la seguridad de datos sensibles a nivel global. Gobiernos, bancos, empresas y ciudadanos dependen de sistemas de encriptación que, con esta nueva tecnología, quedarían obsoletos.
Por otro lado, la nación o corporación que lidere la computación cuántica tendrá una ventaja estratégica sin precedentes en la toma de decisiones, el análisis de inteligencia y la optimización de recursos. Esto podría generar un nuevo orden mundial donde la brecha entre quienes poseen esta tecnología y quienes no se amplíe de manera irreversible.
El chip Willow no es sólo un avance tecnológico, sino un punto de inflexión en la historia de la humanidad. Su desarrollo marca el inicio de una era en la que la computación cuántica dejará de ser una promesa teórica para convertirse en el motor de la innovación global. Sin embargo, su impacto en la seguridad, la economía y la geopolítica nos obliga a replantear la manera en que regulamos y distribuimos el poder tecnológico.
El futuro está llegando más rápido de lo que imaginamos, y la pregunta ya no es si estamos preparados para él, sino quién tendrá el control cuando finalmente llegue.