El siglo XXI trajo consigo una nueva forma de dominación global: el “feudalismo tecnológico”.
Un puñado de corporaciones, al mejor estilo de los antiguos señores feudales, concentran el
poder sobre la infraestructura digital, los datos y la inteligencia artificial (IA), dejando a los
países periféricos en una posición de dependencia absoluta.
Este modelo se afianza con el respaldo de la administración de Donald Trump, quien en su
segundo mandato ha profundizado la alianza entre el poder político y las grandes tecnológicas.
Un claro ejemplo es "Stargate", un megaproyecto de IA con una inversión de 500.000 millones
de dólares destinado a consolidar el dominio de empresas como OpenAI y Nvidia. En este
contexto, la inteligencia artificial deja de ser una herramienta de desarrollo global para
convertirse en un monopolio exclusivo de las grandes corporaciones estadounidenses.
Los asesores de Milei y su respaldo al modelo feudal
En Argentina, el gobierno de Javier Milei, con asesores como Demian Reidel y Emilio Ocampo,
sostiene un discurso de «libre mercado», pero en la práctica promueve la dependencia de estas
mismas corporaciones. Su estrategia no apuesta por el desarrollo tecnológico nacional ni por la
soberanía digital, sino por un modelo en el que Argentina se convierta en un simple
consumidor de licencias de software e infraestructura extranjera.
Sin embargo, este esquema de poder comenzó a tambalear con la irrupción de DeepSeek, una
startup china que desarrolló un modelo de IA de código abierto, altamente competitivo y
accesible.
DeepSeek: la grieta en el feudalismo tecnológico
DeepSeek ha demostrado que es posible entrenar un modelo de IA con recursos mucho
menores que los utilizados por OpenAI o Meta. Mientras estas compañías invierten miles de
millones de dólares en infraestructura, DeepSeek logró desarrollar un sistema de alto nivel con
2.000 GPUs y un costo aproximado de 5,58 millones de dólares.
Su impacto fue inmediato: la mera aparición de DeepSeek sacudió la bolsa de valores y
desplomó las acciones de Nvidia en un 17%, provocando una pérdida de *600.000 millones de
dólares en un solo día. Esta reacción del mercado evidenció la vulnerabilidad de las grandes
tecnológicas ante modelos alternativos que democratizan el acceso a la inteligencia artificial.
Este terremoto financiero dejó en claro que el monopolio sobre la IA ya no es inquebrantable.
Una oportunidad histórica para Argentina
La disrupción causada por DeepSeek representa una ventana de oportunidad para países como
Argentina. La adopción de tecnologías de código abierto permite desarrollar soluciones locales
sin depender de licencias millonarias, fomentando la soberanía tecnológica y el crecimiento
del ecosistema digital nacional.
Mientras la administración de Trump y las grandes tecnológicas intentan sostener el
feudalismo digital, Argentina puede elegir otro camino. Tenemos científicos, talento y
creatividad. La pregunta es si el gobierno apostará por la independencia tecnológica o seguirá
promoviendo la sumisión a Silicon Valley.
El mundo está cambiando. La democratización de la IA es una realidad, y Argentina tiene la
oportunidad de ser protagonista. Ahora, más que nunca, debemos decidir de qué lado de la
historia queremos estar.