Idiotas cibernéticos
Por Simón Radowistky.
Si observamos quienes gobiernan el planeta quizás olvidemos sus nombres, pero no su posición ideológica. El “mundo libre” está gobernado por la ultraderecha. La libertad y la paz, conceptos vacíos que Occidente promueve. Es votado por mayorías que hacen del insulto, la vituperación, el robo y la muerte una forma de vida. No es solo la Argentina que está embrutecida, es Europa, Estados Unidos y gran parte de Sudamérica.
Las mayorías empobrecidas votan por dirigentes que garantizan más pobreza. Entonces la pregunta es qué está pasando. Son los medios los culpables, las redes, la desinformación, la ignorancia o es todo junto.
Umberto Eco supo decir: “las redes sociales le dan derecho de hablar a legiones de idiotas que primero solo hablaban en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente por los parroquianos, pero ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los idiotas”.
Milei en la década del 80 ni siquiera habría sido candidato a concejal, hoy es presidente y quizás reelecto. Hoy, gracias a las redes, transforma la mentira y la estupidez en debate en los medios hegemónicos donde se lo aprueba y se lo aplaude. En esto tiene que ver el ejército de trolls que nos mienten con el dinero de los contribuyentes.
El gran tema a discutir es si la era digital vino a liberarnos o a esclavizarnos. Hasta el momento solo nos hace asombrar su rapidez y su colorido. Pero a cambio de esto nos embrutece y nos desemplea. Hacia 2030 se espera en el planeta 800 millones de puestos de trabajo ejercidos por la inteligencia artificial.
Hoy, cuando las sociedades se encuentran cada vez más sometidas al dominio corporativo, es quizás en el área digital donde encontramos la principal preocupación.
Las corporaciones transnacionales ocupan todos los segmentos políticos y sociales a través de las redes. De ellas depende el precio de los alimentos, las drogas, los remedios y las armas. Ellas arman y desatan guerras para su propio beneficio y en detrimento de la población mundial. Y las redes son sus arietes. Ellas nos convencen de la necesidad de despedir agentes estatales, destruir una nación, votar a un perverso e iniciar una guerra.
Ese idiota que en los 80 no se comprometía con lo social, que no militaba, que arengaba al antipolítico y que su ignorancia la desarrollaba en una sobremesa o en un bar hoy es un guerrillero cibernético y convence al ingenuo, al desinformado o a un par. Umberto Eco nunca estuvo tan acertado cuando calificó a estos como la invasión de los idiotas.
¿La pregunta es existe una solución o al menos un arma que combata la estupidez humana? Sí, pero es harto difícil. La instrucción, la lectura, el trabajo, la solidaridad y la idea colectiva derrota a esta invasión. Pero lo hace si se la practica, pues escucharla de boca de cada opositor que quiera ser elegido o de aquel que pretende quedar bien con su interlocutor es la nada misma. Existe Milei y es protegido por el poder y los traidores. Mientras ellos destruyen tu país, tu nación, nosotros hablamos de ética, honestidad y el 17 de octubre. ¿Basta de cháchara, produzcamos un nuevo 17 de octubre, no le parece?