Petro, a un millón de votos de ser el Presidente de Colombia.

Por Margarita Pécora B. –
Con aires de victoria electoral y un discurso fundado en la confianza de poder cambiar la historia de Colombia, Gustavo Petro se dirigió al pueblo de su país, para agradecer el alto acompañamiento recibido, y pedirles un último esfuerzo en las urnas, donde este domingo consiguió el 40,34 % de los votos, aunque tendrá que ir a segunda vuelta como estaba previsto.
Esta vez saltó de manera sorpresiva al segundo escaño, el candidato Rodolfo Fernández, a quien algunos analistas no consideran como un rival de gran peso, pero tampoco ignoran el apoyo que ya ha empezado a recibir de los partidos tradicionales colombianos, del uribismo, y de la oligarquía empresarial y financiera que, junto con los Medios al servicio de la ultraderecha, ya comienzan a instalar el temor en torno a Petro Presidente.
El economista y senador que intenta por tercera vez presidir el país, sabe que tiene por delante apenas tres semanas para librar una batalla titánica contra las operaciones no solo mediáticas sino políticas de sus contendientes ,que harán todo lo posible en estos escasos días hasta el 19 de junio cuando se producirá la segunda vuelta, para sembrar el temor entre los ciudadanos colombianos, sobre la presunta amenaza que representaría Petro para la democracia y los valores de las clases dominantes en ese país.
Harán de todo para agitar la idea del guerrillero del M-19 que se hacía llamar “Comandante Aureliano”; del hombre de izquierda que ha dicho que si gana, hay que restablecer la amistad con los vecinos (Venezuela). “Es urgente recuperar la seguridad en la frontera”, ha dicho Petro.
Y no es de extrañar que la guerra contra el miedo sea una de las peleas más duras que tendrá que enfrentar Gustavo Petro, el candidato favorito, contra Rodolfo Hernández, quien con 28,17 % de votos, es ahora su principal rival, que lo demonizarán todo cuanto puedan porque es parte del juego estratégico de sus rivales, para torcer la opinión de los votantes, y ponerlos en su contra.
Se sabe que con frecuencia se acude al uso del miedo y la ira entre los votantes, bajo el entendido de que la movilización de este tipo de emociones básicas del ser humano resulta altamente redituable, electoralmente hablando.
El miedo es una perturbación angustiosa del ánimo por la percepción del individuo sobre un riesgo o daño real o imaginario, mismo que tiene un efecto en su conducta y sus sentimientos.
Solo la madurez de la sociedad colombiana es la única capaz de mantenerse indoblegable frente a esos fantasmas que irán creando en contra de Petro, que, por el contrario, está proponiendo cambiar la matriz productiva de un país donde el campesinado sufre y se hunde en la pobreza, donde está pendiente una reforma agraria que ningún gobierno se atrevió a hacer., y emprender una lucha colosal contra la corrupción que significa un pesado lastre en ese país, junto con el narcotráfico.
Tendrá Petro que confiar en la firmeza de los más de 8 millones 500 mil votantes a los que les promete un cambio verdadero, basado en la paz, la justicia, mayor equidad, educación pública, gratuita y de más calidad.
En fin, solo los colombianos y colombianas tienen en su poder la decisión de responder a la disyuntiva de avanzar, o dar un salto al suicidio, como simbólicamente ha dicho el líder de la izquierda, hoy ganador de la primera vuelta de elecciones presidenciales en Colombia.