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Una mirada al proceso de autonomía de Catamarca.

Por Gabriel Russo.

Portadora del orgullo de los oriundos de la provincia de Catamarca, Claudia Bustamante, productora General de Comunas, aborda detalles históricos del proceso geopolítico que concluyó con la independización de Catamarca de su vecina Tucumán, a propósito de la reciente celebración del bicentenario de la autonomía de la provincia, cuyos ancestros defendieron un linaje dominados por el espíritu colonizador y esclavista que imperaba hace tres siglos.

«Tenemos varias celebraciones –aclara Claudia-, una es la fundación, y otra es la de la autonomía de Catamarca. Esta última es el 21 de agosto de 1821″, -afirmó y lo puso en contexto-:

«Para esa época la situación en diferentes partes de las antiguas provincias Unidas del Río de la Plata, todo el territorio catamarqueño desde 1810 luego de la Revolución de Mayo hasta 1814, perteneció a la intendencia de Salta, luego desde 1814 perteneció a la nueva intendencia de Tucumán donde se había elegido para esa época, alrededor de 1819-1820, como gobernador a Bernabé Araoz, una persona muy importante en esa zona del Norte, que tenía mucha ascendencia sobre toda la conformación de las sociedades de entonces».

«Hay que tomar en cuenta el 1820 como un año bisagra en la historia argentina –destaca-, porque se disuelve lo que era el Directorio, lo que sería hoy el gobierno nacional. Esto sucede en Buenos Aires, y los historiadores porteños llamaron el ‘año de la anarquía’, en el interior, fue la oportunidad para empezar a tener idea de cómo formar gobierno y tener cierta independencia cada una de las localidades. En 1820, luego de la batalla de Cepeda específicamente, se empiezan a convocar, por ejemplo desde Entre Ríos, a las diferentes provincias para conformar un Congreso constituyente, ejemplo es el Tratado de Pilar, lo mismo hacen Salta, Tucumán y Córdoba para conformar una nueva forma de gobierno».

«En el caso de Catamarca –especificó– conformaba la intendencia de Tucumán, junto con Santiago del Estero. En 1820 Catamarca manda representantes a Tucumán y no así Santiago del Estero que se independiza ese mismo año de la que luego llaman “República de Tucumán”, que no es como la que podemos entender hoy en día, sino que era una forma que buscaba Bernabé Araoz de tener contenida a esa zona de las Provincias Unidas del Río de la Plata, hasta tanto se pudiera conformar una nación».

-¿De dónde era Eusebio Colombres enviado como representante al Congreso de Tucumán para el día de la independencia?

«Era tucumano. Hay que tener en cuenta que Catamarca entonces era Tucumán. Es muy interesante la cuestión de los límites, cómo estaba conformada para esa época y a quiénes pertenecían los territorios. Estaba bien dicho entonces que Colombres era tucumano o catamarqueño, señaló en ese momento –1820– era la intendencia la República tucumana que duró un año nada más. Nosotros tardamos un año más» -apuntó Claudia y explicó-:

«Bernabé Araoz manda a Nicolás Avellaneda y Tula como su delegado en el territorio de Catamarca y se mantiene esa relación durante un tiempo más. En ese proceso de mucha ebullición institucional y política la gente ‘decente’, es decir el pueblo de la provincia de Catamarca, tengamos en cuenta que pueblo solo se consideraba a las familias pudientes de la zona, y los mestizos, esclavos e indios no eran considerados pueblo que sí lo eran los militares, los curas y los comerciantes. Desplazan a Avellaneda y Tula hacia fines de 1820 y asume José Pío Cisneros, quien establece relación con Juan Bautista Bustos en Córdoba y le manda una carta pidiéndole asesoramiento de cómo lograr la independencia de de Catamarca».

«Bustos le dice: ‘miren si ustedes quieren ser independientes la primer independencia que deben lograr es la económica, si ustedes no pueden abastecerse solos, de manera institucional, eclesiástica y militar, no tengan en cuenta independizarse de nada porque va a ser una farsa'».

«Por lo cual se retrasa esta independencia de la provincia de Catamarca de la República de Tucumán. Pasa todo ese año de convulsiones y cuando vuelve Bustos a pedir a los catamarqueños en 1821 que manden representantes a este Congreso Constituyente de Córdoba, es donde se plantean nuevamente por los catamarqueños, decir ‘si pertenecemos a la República de Tucumán por qué vamos a mandar representante a un congreso en Córdoba; y en ese debate es que se decide definitivamente ser independientes».

«Es por eso –detalla Claudia– que entre el 24 y 25 de agosto de 1821, estas 54 personalidades del pueblo de la provincia de Catamarca deciden sacar un Acta para independizarse de la república de Tucumán. Y vuelven a colocar a Nicolás Avellaneda y Tula como gobernador, para evitar tener más complicaciones con Bernabé Arauz».

«Se empiezan a generar las primeras instituciones independientes o propias llamándolo a Nicolás Avellaneda y Tula como el gobernador de lo que sería la provincia de Catamarca. En el cargo dura 6 meses nada más».

«Avellaneda y Tula, primer gobernador de la Catamarca libre, tuvo un solo hijo, sin embargo era propietario de esclavos y en su poder, se sabe por registros de la época, que era dueño de cuatro familias de esclavos que sumaban en total 17 personas y a todos les cede su apellido, por eso tenemos un linaje de Avellaneda muy importante en el norte, pero que no son de sangre de Nicolás Avellaneda».

-¿Se estilaba así?

«Era muy usual en esa época tener esclavos. Hacia 1812 según censos de la época, el 15 % de la población en Catamarca era esclava y el 20 % morenos, mulatos y pardos libres. Dentro de la época era lo habitual. El hijo de Nicolás se llamó Marco Avellaneda que fue gobernador de Tucumán también, tuvo 5 hijos y terminó siendo decapitado. Uno de sus hijos fue Nicolás Avellaneda que terminó siendo presidente de la Nación. Es un linaje que para la época se comprendía que era el sector social que podía acceder a la política».

Por último Claudia se refirió al significado del nombre Catamarca:

«Es una palabra quechua que significa fortaleza de la ladera o falda de la montaña. Pero nuestra comunidad originaria son los diaguitas que tenían otro dialecto más oral, del que no hay mucho registro y han quedado muy pocas palabras del que se conoce como uno de los más llamativos, el ‘gasta’. Sin embargo, Catamarca es un término quechua».

«Leyendo la historia de Catamarca –revela-, compruebo que mi abuela paterna tenía rasgos indígenas de apellido Vera, y muy probablemente recibió el apellido (del modo antes mencionado). En Catamarca hay desiertos, cordilleras, sierras, bosque, valles, distintos relieves y comunidades en todo el territorio, y no solo estaban los diaguitas, también los de la cultura de La Aguada, en relación a la necesidad de un lugar con gua para vivir, en la zona del valle central» –concluye Claudia-.

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