Hoy se celebran siete décadas de la inauguración de la sede del Sindicato de Obreros Curtidores, que se realizó con la presencia de la madrina de la Organización, Eva Perón.
Evita fue quien donó el edificio de la sede sindical, en agradecimiento por el compromiso que los obreros curtidores tuvieron el 17 de octubre de 1945, gesta histórica que dio nacimiento al Peronismo.
El Secretario General del Gremio, en aquel momento, fue Manuel Gómez.
A continuación, reproducimos un resumen del discurso que Evita pronunció aquel memorable día:
«Con enorme satisfacción vengo a esta, nuestra querida Avellaneda, porque ella es de todos los argentinos que sentimos la doctrina peronista, que comprendemos al General Perón, y que amamos entrañablemente a la clase trabajadora. (…)
Agradezco los cariñosos aplausos de los vecinos de Avellaneda, así como de este simpático y querido gremio, aunque estos aplausos los considero inmerecidos para con mi modesta persona. La labor – humilde labor- en que estoy empeñada la llevo a cabo cumpliendo uno de los designios del General Perón: ayudar a los que sufren y colaborar en la justicia social a que se halla abocado el gobierno nacional, justicia social que comenzara un día con Perón y Mercante en la Secretaría de Trabajo y Previsión.
No saben ustedes con cuánta satisfacción vengo a este acto porque sé que los dirigentes del gremio de curtidores gentilmente aplazaron la fecha de su realización para que yo pudiera estar presente en él. (…)
Yo lo felicito a Mercante por esta realidad, cual es la de que los trabajadores curtidores inauguren hoy en su casa, la que ha podido ser tangible gracias a la colaboración que le ha prestado el gobierno de la provincia. Yo felicito a Mercante por la obra que ha hecho en Avellaneda, y también no puedo menos que felicitar a los obreros de esta ciudad por su unión, pues con ella continuarán siendo fuertes, ya que mantienen los ideales del 17 de octubre, representados por Perón y por Mercante. (…)
Yo les traigo un afectuoso abrazo de nuestro Líder, que esta tarde, al saber que íbamos a concurrir a este acto, nos dijo al Coronel Mercante y a mí, que los estrechara espiritualmente en un fuerte abrazo, y que les dijera que donde están los trabajadores, simbólicamente está el General Perón, quien tan entrañablemente los quiere.
Hoy, el pueblo de Avellaneda se ha reunido en este simpático acto para festejar otra gran conquista del gremio de los curtidores: la inauguración de su local. Y aquí estoy yo, trayendo el amor y el cariño que por todos ustedes siente nuestro Presidente. (…)
Les dejo mi cariño y con él, mi felicitación a los obreros y a los dirigentes del gremio de curtidores, como también al gobernador Mercante por la obra que él está llevando a cabo. Agradezco, en nombre del General Perón y en el mío propio, el cariño que tiene esta maravillosa ciudad para con él y el afecto que ha demostrado hacia mi humilde persona.»
